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El Ayuntamiento de Totana denuncia ante la CE a 16 curtidoras de Lorca por contaminar el río Guadalentín

El Ayuntamiento de Totana (Murcia) ha denunciado ante la Comisión Europea a 16 curtidoras de Lorca por verter residuos tóxicos al lecho del Guadalentín. Los denunciantes aseguran que se vierten al cauce más de 40 toneladas de cromo al año, un agente potencialmente cancerígeno, así como otras sustancias tóxicas. Según un edil de Lorca, "el problema es que el Guadalentín está seco. Si tuviéramos un cauce como el del río Ebro, los vertidos irían disueltos en el agua y nadie se daría cuenta, que es lo que pasa en el resto de España".

Los denunciantes de este hecho, Juan José Cánovas, teniente alcalde del Ayuntamiento de Totana y responsable de sanidad, y José Martínez Mula, concejal delegado de pedanías en el mismo Ayuntamiento, junto al procurador Juan María Gallego, interpusieron el pasado año ante el Juzgado de Instrucción de Lorca una querella contra 16 empresas de curtidos por delito ecológico. El juez instructor aún realiza diligencias periciales.Juan José Cánovas asegura que las 16 empresas denunciadas vierten más de 3.000 metros cúbicos diarios de residuos tóxicos al cauce del Guadalentín. "En Totana se están produciendo casos importantes de dermatitis y alergias. A los servicios sanitarios de urgencia llegan personas con picaduras impresionantes de mosquito. Los ganaderos protestan porque se les muere el ganado que pasta junto al cauce, y hemos comprobado que la mortandad de cabras y ovejas es 10 veces superior a la normal", denuncia Cánovas.

El responsable de sanidad del Ayuntaniento de Totana cree que este problema puede afectar a unas 20.000 personas que viven junto al río en las poblaciones de Lorca, Totana, Alhama, Librilla, El Palmar, Sangonera la Verde y Beniaján.

Un estudio de la Agencia de Medio Ambiente de la comunidad de Murcia señala que los vertidos de la. industria del curtido pueden causar graves riesgos sanitarios y perjuicios para la agricultura. El estudio revela que las aguas; del escaso cauce del río Guadalentín contienen, entre otras sustancias, cromo, en una proporción de 23,4 miligramos por litro, y un índice de grasas de 395 miligramos por litro.

Un portavoz de la Agencia Regional de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma de Murcia aseguró a este periódico que "el Guadalentín es una rambla de residuos tóxicos".

Curtidos y aguas residuales

El primer teniente alcalde de Lorca, Francisco Fernández Lidón, ha declarado que el Ayuntamiento decidió en 1986 acometer el problema de la depuración de esos vertidos. Entonces se creó la asociación Saneamiento de Curtidos, SA (Sacursa), que agrupa a los empresarios denunciados: Sebastián García e Hijos, SA; Curloma, SA; Curpelsa; Sucesores de Manuel Vivas Periago, SA; Hijos de Juan Martínez, SA; Curtidos Gerónimo Gil, SA; Curtidos Gil Bujeque, SA; Curtilop, SA; Domingo Molina, SA; Artecur; Gabino García y Cía, SL; Jacobo Gómez e Hijos, SA; Pedro Lorca y Cía, SA; Sucesores de Juan Pérez Navarro, SA; Curtiper, y Viuda de Cristóbal Gómez Navarro, SA.

Fernández Lidón señala que el pasado verano se construyó una depuradora experimental, pero el proceso de lagunaje no funcionó. "Los vecinos del barrio de San Cristóbal, de 8.000 habitantes, se quejaron de olores insoportables, y dos meses después se cerré la depuradora. Entonces se determinó volver a echar las aguas sin depurar al río. No obstante, la línea de depuración del cromo funciona", asegura.

Este funcionario afirma que varias contratas están estudiando alternativas de depuración de los vertidos y que los empresarios del curtido se hallan dispuestos a invertir 180 millones de pesetas, "siempre que les den garantías de que esta vez la planta depuradora va a funcionar".

Manuel Beltrán, secretario general de esa confederación hidrográfica, dijo a EL PAÍS que no hacía declaraciones y que nadie estaba autorizado a hacerlo en ausencia del presidente, Emilio Villar, que está de vacaciones.

El edil de Lorca, Fernández Lidón, afirma por su parte que la Confederación Hidrográfica del Segura siempre ha permitido que esos vertidos vayan al Guadalentín, aunque la ley obliga a los ayuntamientos a depurar las aguas residuales: "El problema es que el Guadalentín está seco. Si tuviéramos un cauce como el del río Ebro, las sustancias tóxicas irían disueltas en el agua y nadie se daría cuenta, que es lo que pasa en el resto de España".

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