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BARCEWOMAD 89

Con regusto hippy

Hablar de la primera sesión del BarceWOMAD 89 es hablar, antes que de cualquier otra cosa, de la ausencia de público. Los barceloneses no respondieron a la llamada de la Olimpiada Cultural y el parque de la Ciutadella no pudo ver como se llenaban sus calles y plazas con un público ávido de música con raíces. Entre 600 y 800 personas, con un notable predominio de extranjeros e invitados (las tarjetas de diversos colores y las pulseras de acceso les delataban), se pasearon por un recinto demasiado grande para acoger a tan poca gente.El público acudió en poca cantidad y centró su interés en las actuaciones que se sucedían en los dos escenarios alternativos de la plaza de la Cascada y del Hivernacle, dejando bastante olvidadas las supuestas muestras de artesanía y gastronomía y los talleres de interpretación. La dualidad de escenarios permitió que la mayoría de los actos comenzasen con puntualidad pero obligó al público a un constante desplazamiento perdiendo sistemáticamente o el final de una actuación o el principio de la siguiente.

En todo el recinto se respiraba un aire melancólicamente hippie. Las áreas de chiringuitos de comidas exóticas o manualidades eran las que más denotaban ese hippismo reciclado, acercando la zona más a un mercadillo años 60 que a lo que pretendía ser según el programa: "una muestra de las diferentes culturas a nivel gastronómico y artístico". Al final de la noche algunos vendedores se quejaban del escaso negocio efectuado. También los cantautores catalanes se han quejado, según un comunicado de su asociación, ACIC, por no haber sido incluidos en BarceWOMAD. El público se lamentaba sobre la artesanía prometida que era más bien poca.

En el aspecto estrictamente musical la primera jornada del BarceWOMAD'89 se caracterizó por una saludable e interesante diversidad de etnias y estilos, pero también por la mediocridad de la mayoría de los espectáculos ofrecidos. De los ocho participantes de esa primera sesión sólo The Oyster Band merecen ser recordados por el concierto ofrecido. En el resto del paquete las percusiones espectaculares y los bailes de Farafina y la fusíón bailable de la Super Diamono de Dakar fueron de gran interés pero se estrellaron contra la poca implicación del escaso público y tanto los de Burkina Faso como los Senegaleses necesitan el calor de la audiencia para crecerse. En el BarceWOMAD no pudieron todo quedó en una atractiva curiosidad.

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