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El Parlamento soviético da 'luz verde' a la autonomía económica de las repúblicas bálticas

Pilar Bonet

El Parlamento soviético dio ayer luz verde a las repúblicas de Estonia, Letonia y Lituania para poner en marcha sus proyectos de autogestión financiera en enero de 1990, al aprobar dos disposiciones de compromiso que permiten pasar a la acción mientras los expertos liman las diferencias entre el poder central y el republicano.

Los 412 diputados reunidos ayer en el Soviet Supremo de la URSS votaron por amplia mayoría las disposiciones que muchos no vacilaban en calificar de históricas, por cuanto suponen la victoria del principio de la diferenciación, según el grado de desarrollo, sobre el igualitarismo que implicaba esperar siempre a las repúblicas económicamente más rezagadas.El conflicto del día anterior entre las concepciones del Báltico, expresadas en sendos proyectos de autonomía financiera para Estonia y Lituania (a los que se une esta semana el de Letonia), y las concepciones centralistas, defensoras del viejo modelo de planificación, pudo resolverse evitando la votación directa de los proyectos bálticos.

Las disposiciones, votadas con 15 votos en contra la primera y 35 en contra la segunda, dan garantías sobre la puesta en marcha de la autogestión y protegen a la administración republicana de la injerencia del centro, al establecer la validez de las normativas legales soviéticas en las repúblicas del Báltico en la medida en que no impidan su paso a la autogestión. Para el P de octubre, las comisiones parlamentarias encargadas del tema presentarán un proyecto de ley sobre esta materia.

Ideas como la propiedad republicana de los recursos naturales, la introducción de una moneda propia y de un sistema de aduanas, defendidas por economistas y políticos del Báltico, han provocado la resistencia del centro, incluido el mismo jefe del Gobierno, NikoIai Rizhkov o el presidente del Presidium de la República Federativa Rusa, Vitali Vorotnikov.

El Parlamento de esta república, que tiene una población de 150 millones, se reunía ayer en el Kremlin en presencia de Mijail Gorbachov para abordar temas económicos. Se trata de un Parlamento a la antigua y por las manos de estos diputados elegidos en febrero de 1985 deberá pasar la ley sobre las elecciones locales en el territorio ruso.

Prescindiendo de las conclusiones del Congreso de los Diputados, que preveían la realización de elecciones para 1990, Gorbachov ha dado carta blanca a las diferentes repúblicas para adelantarlas y no ha dejado duda de su intención de reemplazar los cuadros rechazados por la población en las elecciones de marzo.

Rubios para importaciones

Sobre el telón de fondo de la crisis económica, los economistas adquieren protagonismo en el Parlamento.

Kazimira Danute Prunskiene, la vicepresidenta del Gobierno de Letonia, teórica de la idea de autogestión republicana, se ha ganado un prestigio en los medios estatales por su combatividad y preparación.

Leonid Abalkin, el primer vicepresidente del Gobierno y jefe de la Comisión de Reforma económica, busca el equilibrio entre su condición de científico y de político. Ayer hizo algunas precisiones sobre los 10.000 millones de rublos extras que, según dijo recientemente Mijail Gorbachov, van a dedicarse a importar bienes de consumo.

La cifra hace referencia a los precios de venta al público en la URSS. Esto supone que la cantidad de rublos en divisas que se destinará a la importación de bienes de consumo es 10 veces menor, según los cálculos de los economistas soviéticos, que transforman el valor de un rublo en divisas en 10 rublos en el mercado interior.

Abalkin manifestó que la cifra dada por Gorbachov incluye los 500 millones de rublos dedicados a la compra de medicamentos. Según el economista Vasili Seliunin, hay que importar 7.000 millones de rublos en divisas anuales para evitar el caos económico.

La decepción de Kogan

La huelga en sectores rusoparlantes de la república de Estonia continuaba ayer, aunque los datos sobre su extensión eran confusos. Evgueni Kogan, uno de los dirigentes del Inierdizhenie (Movimiento Internacionalista), dijo ayer que 6 de las 19 empresas en huelga el día 26 de julio pertenecían al Ministerio de Defensa.Kogan, que es diputado del Congreso, pero no del Soviet Supremo, estaba en Moscú para combatir la política que realiza la dirección estonia. Mientras los dirigentes del Báltico conversaban eufóricamente en los pasillos del Soviet Supremo, Kogan mostraba su descontento por la luz verde dada a la autogestión republicana. De acuerdo con los planes de Estonia, muchas gmpresas estatales serán transferidas desde los ministerios a la república, según el diputado ecologista estoniano Johan Aar.

Kogan se quejó de la acción de la censura, que cortó su intervención en la retrasmisión televisiva en diferido, según dijo. Otro diputado, el coronel Vilen Martirosian, se quejó ayer de que sus críticas contra el líder ucraniano VIadimir Shcherbitski y a Igor Ligachov habían sido eliminadas en las actas de las sesiones.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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