El FBI sospecha que Bloch espiaba para la Unión Soviética desde 1970
El Buró Federal de Invesitigación (FBI) y el Departamento de Estado investigan la posibilidad de que Felix S. Bloch, el diplomático norteamericano acusado de espiar en favor de la URSS desde Viena, iniciase sus contactos con el Comité Estatal de Seguridad de la URSS (KGB) en 1970. Bloch, que no se halla detenido, pero sí controlado, pasó un maletín a un agente soviético mientras la escena era filmada, a finales de 1987. El vídeo es la prueba principal con que cuenta Washington para avalar sus acusaciones.
Bloch, de 54 años, nació en Viena, ciudad en la que trabajó como número dos de la Embajada estadounidense desde 1980 a 1987 y donde aún se le considera en medios diplomáticos, como a un profesional de gran reputación. Ahora se sospecha que, desde 1970, mantuvo un estrecho contacto con el KGB, aunque no se conoce con exactitud que tipo de relación ha mantenido con la Unión Soviética y que clase de documentos pudo entregar al KGB. Ayer trascendió que sus documentos diplomáticos le fueron retirados en junio.Bloch se halla en paradero desconocido desde el jueves, no se sabe si en una dependencia del FBI o en algún otro lugar, para evitar el acoso de los reporteros.
La cadena de televisión ABC fue la primera en emitir el vídeo en el que se ve perfectamente como Bloch pasa un maletín a un hombre, identificado como espía soviético, con el que, al parecer, había mantenido diversas entrevistas. La escena se filmó a finales de 1987.
En el momento en que trascendió su presunta ayuda al enemigo, ocupaba el cargo de director de la oficina de Asuntos Políticos y Económicos de¡ Departamento de Asuntos Canadieneses y Europeos. Era un experto en asuntos económicos, en especial sobre la CE.Algunos de sus colegias le han descrito como "diplomático muy competente, pero extremadamente frustado desde su retorno a Washington en 1987 y su fallido intento de conseguir plaza de embajador".El FBI sospecha que su relación con el KGB era "muy estrecha", y el Departamento de Estado ya ha dado al caso la importancia del "asunto de espionaje más grave descubierto en la estructura diplomática norteamericana desde 1950".
Ahora ha trascendido que la posición de Bloch en Viena le permitió tener acceso a las líneas telegráficas secretas entre las Embajadas en Europa y Washington, al movimiento de agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Europa y a documentación que le permitió familiarizarse con las posiciones norteamericanas en temas tan estratégicos como el de las relaciones armamentísticas Este-Oeste.
Entre tanto, en Viena, la noticia ha causado estupor. Bloch vivió siete años en la capital austríaca, ciudad en la que se desenvolvía como en su propia casa, informa Vivianne Schnitzer.
Catalogado por sus compañeros de trabajo como un "burócrata seco", logró engañar, aparantemente, no sólo a sus colaboradores, sino a todo el Departamento de Estado, del que recibió un premio de 10.000 dólares por su "excelente labor diplomática". Era uno de los referentes habituales de la Prensa extranjera en Viena y fue la mano derecha de la embajadora Helene von Damms (ex secretaria privada de Ronald Reagan) y de Ronald Lauder, quien también fue embajador en Viena y es hijo de la dueña de la empresa internacional de cosmética Estée Lauder. Era íntimo amigo del ministro austríaco de Exteriores, Alois Mock, con el que estudió en Estados Unidos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.