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El Museo de Bellas Artes de Bilbao cataloga la obra gráfica de Lucio Muñoz

El Museo de Bellas Artes de Bilbao ha editado un catálogo que recoge por primera vez la totalidad de la obra gráfica realizada por el artista madrileño Lucio Muñoz. La catalogación coincide con una muestra antológica del autor, compuesta por 70 grabados, que estará expuesta en el museo bilbaíno hasta finales de septiembre.

El Museo de Bellas Artes de Bilbao inició en 1982 la catalogación de la obra gráfica de artistas contemporáneos. Esta iniciativa comenzó con una publicación sobre los grabados de Alfredo Alcaín y, posteriormente, se han editado con periodicidad anual los catálogos correspondientes al trabajo de Bonifacio Alonso, Gabriel Ramos Uranga, José Hernández, Eduardo Chillida, Andrés Nagel y Equipo Crónica.La exposición recoge 70 grabados representativos de todas las series, técnicas y etapas de Lucio Muñoz, que realizó sus primeras obras en este campo en 1961. De esta época es la carpeta Los Madriles, realizada en xilografía. "En un principio la obra gráfica fue una transcripción de mi pintura. No conocía las técnicas del grabado; fue lógico que empezara utilizando la madera, el material que ya empleaba en los cuadros", explica Muñoz. En 1972 el trabajo con el grabador griego Dimitri Papageorgiu en el madrileño taller Grupo 15 le permitió adquirir los conocimientos técnicos que precisaba. "Fue importante conocer las reglas más ortodoxas para investigar a partir de esta base", recuerda. A las primeras xilografías se suman entonces serigrafías, aguafuertes en color y aguafuertes combinados con aguatintas, como las carpetas Homenaje a Chicharro y Homenaje de los pueblos de España a Miguel Hernández.

Lucio Muñoz considera que los aspectos técnicos están sobrevalorados en el grabado. "La técnica constituye el lenguaje, pero lo más importante es el uso que se haga de él", añade. Convencido de que no ha inventado nada en este campo, afirma: "Lo único que he hecho es extraer de las grandes posibilidades de la obra gráfica los elementos que preciso para expresarme".

La pintura y el grabado no han sido practicados simultánea mente por Lucio Muñoz. El grabado es para el pintor madrileño una actividad diferente. "Quizá se deba a la manera en que he pintado siempre, rodeado por una situación caótica. El taller de grabado es, por el contrario, limpio y aséptico".

La catalogación de los grabados, ordenados por orden cronológico y acompañados por una ficha técnica, ha sido realizada por el propio autor en colaboración con José Cepeda. Lucio Muñoz considera que estas publicaciones son fundamentales para conocer las dimensiones y características de esta forma de expresión plástica. "La mayor ventaja de la obra gráfica", concluye, "es la posibilidad de acceder a un mayor número de personas. Me emociona más vender mis grabados que mis pinturas".

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