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Fidel, Raúl y los narcotraficantes.

El presidente cubano, Fidel Castro (a la derecha), escucha a su hermano Raúl, número dos del régimen, en la reunión del Consejo de Estado que ratificó las penas de muerte, por narcotráfico y otros delitos, contra el general Arnaldo Ochoa, multicondecorado héroe de la revolución, y otros tres militares. Sólo un acto de clemencia de Fidel, que cada vez parece más difícil, puede salvar la vida de los condenados, que incluso podrían haber sido fusilados ya. En La Habana se asegura que el conocimiento de la conexión cubana, un escándalo que ha conmocionado los cimientos del régimen, hizo enfermar a Fidel y llorar a Raúl.Página 2

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