La produccion cerealista tendrá una reducción del 15% sobre la campaña anterior

La producción cerealista de esta campaña ascenderá a 20,1 millones de toneladas, según las estimaciones realizadas por el Ministerio de Agricultura referidas al 30 de junio. Esta cantidad supone una reducción del 15% sobre los resultados de la campaña anterior y coincide con las cifras elaboradas recientemente por CNAG-Jóvenes Agricultores.

La cosecha cerealista de este año estuvo marcada en los primeros seis meses desde octubre pasado por la falta de lluvias en casi todas las zonas y la grave situación de sequía. Ello hizo pensar en unos resultados catastróficos para el sector cerealista. Las lluvias del mes de mayo y parte de junio elevaron las previsiones al alza. Sin embargo, los calores de los últimos días de junio y de julio han tenido efectos negativos para los cultivos cuyos rendimientos están siendo muy inferiores a los señalados.Los 20,1 millones de toneladas previstos por la Administración, según los datos hechos públicos por Carlos Romero, se consideran como una buena cosecha, superior un 3% a la media de los años 1983 a 1988 y en un 7,6% si no se computa para esa media la cosecha record de 1988, año sobre el que no ha existido en ningún momento una idea exacta de sus resultados. En trigo se pasa de 6,5 a 5,5 millones de toneladas. En cebada, la reducción va de 12 a 9,7 millones de toneladas. El maíz tiene una pequeña reducción de solamente 100.000 toneladas para situarse en 3,5 millones de toneladas.

Bajan las leguminosas

Nota destacada que guardaría relación con la política aplicada por la CE es la evolución de las producciones de leguminosas tanto para consumo humano como animal. España logró en Bruselas que se concediera una ayuda por hectárea de unas 14.000 pesetas, cantidad que fue presentada como un triunfo por Agricultura y que se calificó como insuficiente por el sector. La tónica dominante en estas producciones ha sido la reducción de superficies en las judías secas, lentejas, garbanzos y yeros y sólo con ligeros incrementos en habas secas y vezas, lo que demuestra que los apoyos comunitarios han resultado cortos para incentivar las siembras.

En el resto de las producciones agrarias, destaca la reducción de la remolacha azucarera que baja de 9 a 7,4 millones de toneladas. Igualmente desciende la producción de girasol que no llegará al millón de toneladas. Por el contrario, se ha producido un aumento en la producción de frutas y hortalizas de verano que crecen en un 10% y en un 12% respectivamente. Ello se ha traducido en la reducción de precios registrada durante los últimos meses y el bloqueo a las exportaciones. Finalmente, destacar el aumento del 31 % en la producción de vino tras una cosecha marcada por el mildiu en 1988 y que supuso una cifra mínima de 22,6 millones de hectolitros para elevarse a casi 30 millones de hectolitros.