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Cuba asegura que EE UU conocía la implicación de los militares en el narcotráfico

El diario Granma, órgano del comité central del partido comunista y del ejecutivo cubanos, dedica cuatro de sus ocho páginas al juicio, aseguró también que el Gobierno norteamericano conoció desde el primer semestre de 1987 que aviones con droga procedente de Colombia aterrizaban regularmente en el aeropuerto de Varadero, a 140 kilómetros de La Habana, con la complicidad de funcionarios cubanos.De acuerdo con esa fuente, sus servicios de espionaje tenían agentes infiltrados entre quienes participaron en las operaciones de transporte de drogas, y conocían la identidad de los militares cubanos implicados en el escándalo. "Sin embargo, no informaron una sola palabra al Gobierno de Cuba, de modo oficial o confidencial, y se preocuparon mucho más de obtener argumentos para sus campañas que de impedir verdaderamente la entrada de drogas en ese país", reprocha el rotativo oficial.

"Tal vez pensaban reclutar futuros agentes de la CIA entre los implicados, sobre la base del chantaje". La revolución, según su mensajero, saldrá más fortalecida de la crisis.

Guardacostas de Estados Unidos apresaron a finales de 1986 el primer envío por aguascubanas de narcóticos del cártel de Medellín hacia Miami, aunque los tripulantes de las lanchas abordadas dijeron haber declarado a sus captores que zarparon de las Bahamas y no de Cuba.

Un periódico de Miami fue presentado por los transportistas a sus cualificados compinches como prueba de la veracidad del aserto, se dijo en la corte marcial. Una posterior detención habría servido a la agencia norteamericana contra la dorga (DEA) para enterarse en detalle de los negocios cubanos.

El coronel Antonio La Guardia Font no pudo continuar su acto de contrición revolucionario en la segunda sesión del tribunal militar que reveló la participación de marielitos cubanos en el acarreo de seis toneladas de cocaína colombiana hacia EE UU. Al tercer golpe de pecho, el oficial, que gozó de plenos poderes para eludir el embargo comercial de EE UU a Cuba, prorrumpió en sollozos y sólo con auxilio de un sorbo de agua logró invocar su lealtad a Fidel Castro.La última sesión difundida constituyó una minuciosa y prolija disección del desarrollo e ingresos devengados por las 19 operaciones de tráfico acordadas entre 1987 y 1989 con Pablo Escobar, patrón del grupo colombiano.

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