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Luis Escobar: "Soy igual que hace 50 años, sólo cambian las cosas a mi alrededor"

El Centro Dramático Nacional rinde homenaje al actor-director con una representación gratuita

Luis Escobar quiso dedicarse al teatro desde muy joven, pero debido a que ni su físico ni su voz servían para la interpretación -aunque hoy es conocido como actor- se decidió por la dirección, y ello le convirtió en uno de los hombres de escena más significativos de nuestro país desde los años cuarenta. Esta tarde, el Centro Dramático Nacional le ofrece un homenaje en el que el actor-director, junto con Carlos Hipólito, recitará, cantará e interpretará en el espectáculo Cuento y no acabo, del que sólo habrá una única y gratuita función a las 20.30, en la que hará un recorrido por su vida, aunque él afirma ser él mismo desde hace medio siglo: "Sólo cambian las cosas de alrededor".

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En deuda

Retirado del oficio de director, el realizador cinematográfico Berlanga le llama para interpretar un importante papel, y con ello consigue, en la década de los ochenta, realizar uno de sus sueños: ser un popular actor, algo que le proporciona una emoción, un interés y un riesgo "que no se pagan con nada".De 1939 a 1953 fue director del teatro nacional María Guerrero, y desde allí realizó unlabor de renovación escénica y rigor teatral que nadie, sea de la tendencia ideológica que sea discute. Hoy, ese mismo teatro y Centro Dramático Nacional le ofrece un homenaje.

El acto, que será gratuito consiste en una representación en la que, bajo el título de Cuento y no acabo y con la dirección de Carlos Fernández de Castro, el actor Carlos Hipólito y el propio Escobar harán un recorrido por la vida de éste último.

Improvisación

Cuando se le pregunta qué es lo que hará hoy sobre el escenario contesta: "Eso quisiera saber yo; quiero fiarme bastante de la improvisación, en teatro eso es importante, y en una función como la de hoy, que es única, es casi obligado".Escobar cuenta estas cosas sentado en traje de baño al borde de una piscina, rodeado de césped y de sus perros. Su aspecto es inmejorable, lo queprovoca que se le pregunte la edad. La respuesta no puede ser más reveladora: "No hay por qué decirlo, tengo la tira, quien quiera que lo calcule". Los cálculos, al buscar documentación de diferentes épocas, llevan a la conclusión de que Luis Escobar debe de andar entre los 74 y los 78 años.

Este popular aristócrata -tiene el título de marqués de las Marismas del Guadalquivir- tuvo que estudiar abogacía para demostrar a su familia que lo del teatro no era una excusa para no estudiar. Cuando se le pregunta si la década de los cuarenta fue una época dura para el desarrollo cultural afirma que no: "Yo, de hecho, incorporé a mis repartos gente de La Barraca de García Lorca". Y continúa: "La renovación escénica que llevé a cabo no era otra cosa que hacer lo que creía que debía hacerse".

Para él, el gran defecto de aquellos años fue la censura. "Pero nunca he sido político, me interesaba trabajar en paz, y para ello había que prescindir de lo erótico o lo descaradamente político". Tras su etapa en el María Guerrero, Luis Escobar fue durante dos décadas empresario del teatro Eslava.

Escobar, calificado de gran maestro de actores, tiene entre sus proyectos inmediatos trabajar como actor y terminar sus memorias, en las que habla de su amistad con personajes como Missia Sert, Peter Brook, Edgar Neville, Marañón, Ortega, T. S. Eliot, Dalí, Jean Cocteau y tanto otros significativos nombres de este siglo. Unas memorias 'que estarán cargadas de tiempo".

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