Alfonsin tira la toalla

Argentina no tiene presidente. Raúl Alfonsín anunció el lunes su dimisión para final de mes, y su sucesor, Carlos Saúl Menem, asegura no tener intención de asumir las funciones de la presidencia hasta la fecha prevista por la Constitución, el próximo 10 de diciembre.Las elecciones del 14 de mayo, con el fracaso de los radicales y la amplia victoria de los peronistas de Menem, despertaron la esperanza de un pueblo agobiado por una crisis económica que no ha hecho sino crecer en los últimos años. Menem no quiere afrentar una situación de la cual no se considera responsable. El futuro jefe de Gobierno pretende que su predecesor resuelva, si no la crisis económica, al menos el problema de los militares rebeldes, actualmente procesados por las sublevaciones de 1987 y 1988. En el caso de un vacío de poder, la Constitución asignará al Congreso la responsabilidad de designar un presidente interino. Eduardo Menem, hermano del presidente electo, podría obtener el cargo.

Pero podría darse una situación más fantástica todavía. El jefe del pequeño partido Unión de Centro Democrático, Álvaro Alsogaray, representa una salida de compromiso. Así podríamos contar con un presidente liberal y un Parlamento radical durante seis meses más, y un presidente electo peronista ausente de la escena política. A no ser que Carlos Saúl Menem se decida de una vez a asumir las funciones para las cuales fue elegido: gobernar.

14 de junio