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La OTAN busca un compromiso sobre los misiles tácticos antes de la 'cumbre'

El tema de los misiles de corto alcance (SNF) que ha provocado una de las divisiones más profundas entre Estados Unidos y sus aliados europeos en la historia de la Alianza Atlántica, será discutido la próxima semana por el Consejo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en un intento de encontrar una fórmula de compromiso previa a la cumbre que la organización celebrará en Bruselas a finales de mes, coincidiendo con los 40 años de la fundación de la Alianza.

Fuentes alemanas han informado a EL PAÍS que la decisión de remitir el problema al Consejo de la OTAN fue adoptada en el curso de una entrevista mantenida el jueves en Washington entre el ministro de Defensa de la República Federal de Alemania (RFA), Gerhard Stoltenberg, y su colega norteamericano, Richard Cheney. La visita de Stoltenberg se enmarca dentro de una serie de viajes a Washington de altos funcionarios alemanes occidentales en un intento de conseguir una suavización de la postura norteamericana en el tema de los misiles de corto alcance (menos de 500 kilómetros).

La posición contraria

Mientras Bonn, con el apoyo de la mayoría de las capitales europeas, se muestra a favor de iniciar conversaciones con Moscú para reducir estas armas -todas estacionadas en suelo de la RFA- aprovechando las propuestas de desarme soviéticas, Washington y Londres se oponen argumentando que tales conversaciones supondrían el abandono de la estrategia de respuesta flexible en la que está basada la defensa de Europa y conducirían inevitablemente a la opción triple cero" o eliminación total de las armas nucleares de suelo europeo.Esta situación dejaría a los 320.000 soldados norteamericanas y 35.000 británicos situadas en la Europa continental sin el "paraguas nuclear" expuestos a la superioridad del Pacto de Varsovia en efectivos humanos y armas convencionales, una situación difícil de asumir por los Gobiernos norteamericano y británico.

Ante la negativa de la Administración de Bush a modificar sustancialmente su actitud, los alemanes occidentales han enviado a Stoltenberg con una nueva propuesta: la creación de un grupo de estudio de la OTAN al que se encargaría el seguimiento de las conversaciones sobre armas convencionales entre el Pacto de Varsovia y la Alianza Atlántica que se celebran en Viena para determinar, según los niveles de reducción acordados, cuándo podrían iniciarse las conversaciones sobre misiles de corto alcance.

Sin embargo, el desacuerdo principal entre ambas orillas del Atlántico, aunque filosófico, persiste porque Washington todavía no ha aceptado el principio de iniciar conversaciones entre los dos bloques sobre los misiles, aunque esas conversaciones se ligue al progreso de las negociaciones de Viena. Según fuentes de la RFA, Stoltenberg, que se declaró Impresionado por el claro juicio desplegado por Cheney en el curso de la reunión", está dispuesto a regresar a Washington para nuevas conversaciones con la Administración de Bush antes de la cumbre de la Alianza si la OTAN no logra un acuerdo en su reunión de la próxima semana.

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En el curso del encuentro entre los dos secretarios de Defensa parece que hubo un acuerdo en un punto concreto: los soviéticos tendrían que hacer "concesiones sustanciales" en la reducción de sus efectivos de artillería, tanques y vehículos blindados de transporte antes de que pudiera considerarse el inicio de conversaciones sobre la reducción de misiles nucleares de corto alcance. Las fuentes informantes añadieron que Stoltenberg consiguió de Cheney una promesa de reducción de los vuelos a baja altura de los aviones norteamericanos en la RFA.

Por su parte, el portavoz del la coalición gubernamental de Bonn en el Bundestag (Parlamento federal), Volcker Ruehe, colaborador íntimo del canciller Helmut Kohl, declaró en esta capital que constituiría un grave error presentar la posición de la RFA en el tema de los misiles como una simple concesión política de Kohl para tratar de recuperar votos después de los últimos reveses electorales sufridos por los democristianos. "Hemos llegado a una situación en la República Federal donde el sentimiento antinuclear no es ya un patrimonio único de la izquierda", dijo Ruehe.

La disensión entre los miembros de la OTAN sobre estos misiles será uno de los temas que discutirán hoy los presidentes Bush y François Mitterrand en Kennebunkport, la residencia veraniega del mandatario norteamericano en el Estado de Maine. Mitterrand se mostró opuesto el jueves a la eliminación total de los misiles de corto alcance en suelo europeo. La posición contraria a la opción triple cero expresada por Mitterrand fue acogida con satisfacción por el mundo oficial de Washington. El portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, calificó la posición francesa de "muy cercana a la nuestra" y dijo que Mitterrand compartía con EE UU "una preocupación común por la fortaleza de la Alianza".

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