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CHINA HIERVE

La 'fiebre democrática' sigue a Gorbachov a Shanghai

Pilar Bonet

ENVIADA ESPECIAL, Cuando Mijail Gorbachov llegó ayer a Shanghai para cerrar su visita a China, la agitación social ya había alcanzado esta ciudad de 12 millones de habitantes (la mayor del país), cuyo famoso paseo colonial, el Bund, era escenario de una manifestación de decenas de miles de estudiantes. Los jóvenes pedían la dimisión de los dirigentes comunistas con quienes Gorbachov se encontró ayer en Shanghai: el jefe del partido, Jiang Ziming, y el alcalde Ju Yong Yi. "El pueblo de Shanghai ha sido inspirado por la normalización de relaciones, dijo el alcalde a Gorbachov.

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El protagonista del día no fue el líder de regreso a la URSS, sino un anciano afable, vestido con un traje Mao azul, que fumaba sin parar. Era Qin Benli, el periodista de 71 años, cesado hace dos semanas como director del semanario Shijie Jingjichibao (El Heraldo Económico Mundial) y convertido en el símbolo de la glasnost (transparencia informativa) naciente en China. El semanario, con una tirada de 300.000 ejemplares, faltó el lunes a su cita con los lectores porque a las autoridades de Shanghai no les gustaron los artículos de solidaridad con el director impresos en sus páginas, según nos explicó el subdirector Zhu Xing Qin, de 41 años."Enseñar China al mundo y el mundo a China" es la filosofía que Qin Benli nos dice ejercer. Le encontramos en la redacción de su periódico, adonde había llegado ayer por primera vez en muchos días para presidir una conferencia de Prensa que debía tener lugar justo cuando Gorbachov y la delegación soviética abandonaban Shanghai bajo un cielo plomizo de atardecer. Mientras los huéspedes se subían al avión, los televisores de la terminal trasmitían una reunión entre el primer ministro Li Peng y representantes de los estudiantes.

Debate censurado

En las calles estrechas, bordeadas de edificios de corte europeo de Shanghai, los estudiantes portaban pancartas con la foto de Quin Benli y pedían el cese de quienes habían censurado el debate publicado por el Heraldo Económico Mundial sobre la figura de Hu Yaoban, el ex jefe del partido defenestrado en 1987 y fallecido el pasado abril. La discusión, sobre la reforma política y económica, criticaba al líder Deng Xiaoping, y "algunas gentes pensaron que podía causar desorden en China", nos dijo Zhu Xing Qing. Censurado el artículo y cesado el director, la redacción fue entregada a los censores, "el equipo de trabajo", según les llama Zhu Xing Qing. "En teoría", dice, "vienen varias veces por semana a ayudar a publicar el periódico, pero su principal tarea es controlar los artículos". De toda China llegan la redacción cartas de solidaridad con el director, entre ellas de las asociaciones de periodistas de Macao y Hong Kong.

Qin Benli cree que es muy difícil estimar los resultados de 1, manifestaciones en China, pero espera que "los problemas puedan solucionarse de forma tranquila y pacífica". Este hombre, que sus subordinados respeta por haber "sufrido" -como desterrado a la aldea- durante la Revolución Cultural, cree que el proceso de paso de «la confrontación al diálogo" existente en política internacional debe impo nerse en la política interior. Ei China, la gkmost se da "en grado diferente" a la URS S, pero "cier tamente tenemos alguna".

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Gorbachov, que ha causado: una buena impresión a Benli, no coincidió con los estudiantes en su itinerario de menos de siete horas en Shanghai. "Apoyamos a los estudiantes de Pekín", "Libertad de Prensa", "Abajo los burócratas podridos y corruptos", "Echemos a [Deng] Xiaoping. Con él no hay oportunidad de que los chinos se vuelvan ricos y poderosos", "Vete [Deng] Xiaoping" eran lemas de las pancartas que, junto con retratos de Qin Benli, enarbolaban los estudiantes que paseaban por el le gendario paseo en la ribera del río Huangpu. Aquí había 200 huelguistas de hambre a los que se les sumaban otros 300 en la Plaza del Pueblo. Ninguno de es tos lugares fue visitado por el matrimonio Gorbachov, que de positó dos ramos de flores junto a un busto del poeta Alexandr PushkÍn, erigido en 1937 por los emigrantes rusos blancos de Shanghai. Una colonia de unas 20.000 personas que huyeron del poder bolchevique residían.por aquel entonces en esta ciudad del mar de la China. El monumento, estropeado por los japoneses y restaurado en 1947, fue destruído durante la Revolucion Cultural en los sesenta y reconstruido en 1987. Gorbachov fue también a la zona de Desarrollo Económico y Tecnológico de Mi Nhang, donde visitó una fábrica chino-japonesa de ascensores y suspendió la visita a una empresa de turbinas de vapor.

Diferencias no subsanadas

La voluntad de reducir la tensión fronteriza entre China y la URS S y recortar las fuerzas armadas al nivel mínimo era recogida ayer por un comunicado de Prensa que sintetizaba los resultados de la visita y daba cuenta de las diferencias no subsanadas en la cuestión de Camboya y el trazado de la frontera, la mayor del mundo, con 7.500 kilómetros.

La visita de Gorbachov supone el apoyo recíproco de Pekín y Moscú a los procesos de democratización en ambos países, opinán analistas políticos, según los cuales puede hablarse de "utilización mutuamente ventajosa" por parte de los sectores reformistas respectivos. Para Gorbachov, la "normalización" es un importante factor psicológico que le permite neutralizar resistencias a los recortes en el Ejército. Para Zhao Ziyang, Gorbachov ha sido un factor acelerador de la reforma política en China. El líder soviético, que se comporté sin arrogancia y con paciencia, recibió luz verde de la dirección china para "dar consejos" sobre la necesidad de "diálogo" con los estudiantes, según opinaban veteranos medios periodísticos soviéticos que constataban una evolución de la postura del líder en el tratamiento del tema estudiantil. Zhao Ziyang y Gorbachov han sintonizado claramente, según las impresiones positivas expresadas por éste. Gorbachov dijo haber aumentado su optimismo tras el encuentro con el primer secretario del partido y dijo marcharse "muy enriquecido" y comprendiendo mejor la China de hoy.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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