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TRIBUNALES

Procesadas cinco personas por secuestrar a una anciana dentro de una residencia

La fiscal de la Audiencia de San Sebastián solicitó ayer una pena de 10 años y un día de prisión mayor para cada una de las cinco personas procesadas por el delito de detención ilegal de una anciana a la que, presuntamente retuvieron contra su voluntad en una residencia de esta capital. Tres de los procesados son el hermano, el cuñado y el sobrino de la demandante, Carmen Gómez Jáuregui, y los otros dos son el matrimonio propietario de la residencia Gure Etxea (Nuestra Casa), en la que la anciana permaneció 70 días antes de lograr comunicarse con un despacho de abogados.Previamente, Carmen Gómez Jáuregui mantuvo una huelga de hambre de ocho días, sin recibir asistencia médica alguna, llevó a cabo un intento de fuga que fue frustrado por el personal de servicio del centro, ya clausurado, y ensayó todo tipo de vías en su propósito de contactar con el exterior. La anciana telefoneó a un despacho de abogados cuyo número está compuesto por cifras inferiores al 7, porque el teléfono de la residencia tenía puesto un candado que impedía marcar por encima de esa cifra.

Uno de los procesados, el cuñado de la demandante, ha sido además acusado de estafa, delito por el que se le pide una pena añadida de seis meses y un día.

Durante el juicio, iniciado ayer, la fiscal de la audiencia donostiarra puso de relieve que los reconocimientos médicos a que fue sometida Carmen Gómez una vez rescatada de la residencia, demuestran que la anciana se encontraba en buenas condiciones tanto fisicas como mentales, dato corroborado, a su vez, por distintos testigos. En el informe fiscal se indica que en diciembre de 1985 esta mujer, que se había quedado viuda dos meses antes, fue ingresada en la residencia Gure Etxea "en un estado de inconsciencia y obnubilación provocados, al objeto de evitar que tuviera conocimiento del lugar al que era trasladada".

Los hechos expuestos por la fiscal tienen sus antecedentes en la visita que dos de los procesados realizaron a Carmen Gómez, en Barcelona, cuando ésta trataba de recuperarse de una caída. Durante su estancia en el domicilio de la anciana, el procesado Juan Soler Catalán extrajo 270.000 pesetas de una de las libretas de ahorro de Carmen Gómez utilizando la huella dactilar de la viuda, ya que, al parecer, su pulso no le permitía firmar.

Testamento revocado

Días después, los tres familiares procesados trasladaron a la anciana a San Sebastián, a la casa de su hermana y su cuñado, donde permaneció 10 días, hasta el 17 de diciembre de 1985, en que fue ingresada contra su voluntad en la residencia de ancianos. Pocas fechas antes, Carmen Gómez revocó un testamento anterior para instituir como herederos a su hermano, su hermana y su sobrino, en lugar de legar un millón de pesetas, como señalaba su primer testamento, a un matrimonio vecino de Barcelona. De acuerdo con el relato fiscal, Juan Soler, convertido en el administrador del dinero de la anciana, extrajo 525.000 pesetas de una de las cuentas de Carmen Gómez, el 10 de enero de 1986, cuando ésta se encontraba ya recluida en la residencia. Según los procesados, la estancia de Carmen Gómez en esa residencia, que carecía de atención médica, iba a ser provisional.

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