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'CUMBRE' DE PEKÍN

Empresa mixta con 'perestroika' y 'glasnost'

El experto soviético VIadimir Lukin analiza diferencias y convergencias entre los colosos comunistas

Pilar Bonet

"La URSS y China deberían fundar una empresa mixta donde el primer país pondría la glasnost [transparencia informativa] y el segundo la perestroika [reestructuración] económica, dice con cierta ironía, poco antes del inicio de la cumbre de Pekín, VIadimir Lukin, un alto funcionario del Ministerio de Exteriores experto en Asia e integrante del nuevo equipo de diseño de la política exterior soviética. Lukin, vicedirector del Departamento de Evaluación y Planificación, ha participado en los preparativos del histórico viaje de Mijail Gorbachov a China.

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La influencia del proceso de apertura soviético en China es, para Lukin, "una cuestión delicada". No quiere el funcionario crear la impresión de que la URSS trata de influir sobre los chinos que, a su juicio, "resuelven las cuestiones de la perestroika económica de una forma más efectiva que los soviéticos". Sin embargo, está en contra de la aplicación mecánica a la URSS de los esquemas de acción chinos: reforma económica, especialmente en la agricultura, antepuesta a la reforma política. "Se trata de un planteamiento superficial, porque China es un país con una mayoría de población agraria que recuerda la tierra donde trabajaba en el pasado. En la URSS se trata de devolver la tierra a una generación que nunca la trabajó, si se exceptúa Ucrania occidental o el Báltico. Además, nos encontramos con que, sin una reforma política radical, no podemos realizar una política económica. Probablemente hay que tener un poco de paciencia con la reforma económica y dar pasos decididos en la política. Para explicar la agilidad china y la lentitud soviética a la hora de adentrarse en los circuitos del mercado, Lukin recurre a causas más inmediatas que las viejas raíces culturales de ambos pueblos. Por parte rusa nos encontraríamos aquí, no con un dogmatismo anclado en viejas tradiciones, sino con una "sincera incompetencia" procedente del arraigo de métodos administrativos de dirección económica. "Los chinos supieron y pueden trabajar de otra manera. En nuestro país se destruyeron tres o cuatro generaciones, las mejores cabezas, las mejores manos y las mejores; almas".Lukin cree también que existe una diferencia básica entre la clase política en el poder hoy en China y la soviética. En China la.dirección actual fue "conmovida" por la revolución cultural, y está formada por personas que pueden ser comparadas con Bujarin, es decir, víctimas del sistema de ordeno y mando. En la URSS, el aparato del poder está formado básicamente por gentes formadas en la época del estancamiento, cuando se podía mandar sentado en el despacho y repartir empleos entre parientes y amigos. Esta dirección soviética está en proceso de cambio y deja paso a una nueva generación formada sobre la marcha, en época de la perestroika, señala Lukin.

Fases históricas

Las diferencias entre China y la URSS se extienden a las fases históricas. China está en una etapa de "acumulación inicial", y la URSS, en "el paso de la revolución industrial a la época posindustrial, de la época de crecimiento extensivo al intensivo".En China, Gorbachov se concentrará, sobre todo, en las relaciones bilaterales, según Lukin, quien piensa que no deben esperarse grandes iniciativas en política internacional o asiática. Las conversaciones chino-soviéticas sobre la frontera común no han logrado solucionar todos los conflictos. En los 4.400 kilómetros, aproximadamente, que consútuyen la frontera oriental, dice Lukin, existen diferencias en tomo a tres islas, dos de ellas en el distrito de Jabarovsk. En la parte occidental, con unos 3.000 kilómetros, las diferencias afectan a un gran territorio montañoso, unos dos mil kilómetros cuadrados, en la región del Pamir.

Los chinos son partidarios, según Lukin, de resolver primero las diferencias en la parte oriental y luego las de la parte occidental, pero la URSS prefiere un enfoque global. Los chinos quieren resolver estos problemas "cuanto antes", pero Lukin aconseja no apresurar se y no vincula -con "psicología de conmemoración"- la resolución de estos conflictos con las cumbres, aunque no excluye algún avance durante la visita de Gorbachov a China.

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Los conflictos fronterizos, que en 1969 provocaron una confrontación armada por la isla de Chen-Pao (Damanski), sobre el río Usuri, son una herencia de diferentes períodos, entre ellos el zarista, donde hubo una serie de "tratados injustos y una interpretación incorrecta de ellos", señala Lukin. Gorbachov manifestó su voluntad de Regar a un entendinúento en VIadivostok en el verano de 1986.

La visita de Gorbachov a China restablece de hecho las relaciones entre ambos partidos comunistas mediante el encuentro del líder soviético, en su calidad de secretario general del PCUS, y el secretario del Partido Comunista Chino, Zhao Ziyang (el anfitrión de Gorbachov, sin embargo, es el presidente Yang Shangkun). Los chinos son contrarios a convertir el suceso en un acontecimiento, y los soviéticos están de acuerdo.

La resolución del conflicto de Camboya es el último resto de los "tres obstáculos" que, según la postura china, entorpecían la normalización, siendo los otros Afganistán y la concentración de tropas en la frontera y en Mongolia. Medios diplomáticos occidentales esperan que los soviéticos traten de convencer a loa chinos de que encaucen a los jemeres rojos, la principal fuerza armada de la resistencia, hacia la un acuerdo. Vietnam ha prometido sacar a sus tropas de Camboya para septiembre y mantiene conversaciones con Pekín.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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