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700 horas colgado de un cuadro

Stephen Taylor Woodrow realiza pinturas vivientes, una nueva forma de retar al público

Stephen Taylor Woodrow se ha pasado, desde 1987, unas 700 horas convertido en figura de sus propios cuadros, inserto dentro del marco y sujeto por un arnés. Woodrow, nacido al sur de Londres hace 29 años, expone desde el viernes en Granada, dentro del Festival Internacional de Teatro, una muestra de sus pinturas vivientes (the living painting) junto con dos actores. Asegura que, aparte de retar al público, sus pinturas vivientes también retan al sistema político, "porque mis ideas son diferentes". Durante la exposición, los actores se comunican con el público por medio de un lenguaje gestual. Las reacciones son imprevisibles.

A veces la reacción es agresiva, incluso se dio el caso de que a uno de los participantes en la pintura un espectador le provocó una luxación en un dedo. "En otras ocasiones recibimos regalos y la reacción es mucho más positiva", explica. El proceso de montaje se inicia dos horas antes de la apertura de la sala. "Primero nos colocamos un arnés especial que nos sujeta con seguridad al cuadro durante, a veces, más de ocho horas seguidas. Después nos maquillamos y nos ponemos los trajes que vamos a utilizar en la representación, cuyo color coincide con el del maquillaje".Stephen Taylor asegura que tantas horas colgado de un cuadro, además de necesitar mucho entrenamiento, no es fácil. "Cuando transcurren seis, siete u ocho horas, empieza a ser difícil, no resulta una broma. Cuando empecé me divertían muchísimo las reacciones del público, pero ya estoy tan acostumbrado que no me divierten para nada. Ahora, cada vez que me cuelgo, intento apagar la mente y trato de olvidar el paso del tiempo", indica.

Las pinturas vivientes nacieron en 1987 y han sido expuestas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en Atenas, Australia y el Reino Unido. Sin embargo, su relación con el arte vivo (live art) se inició en 1980.

"Antes era escultor, y aún me considero escultor. Actúo como director de actores sólo algunas veces. Por lo general, ese trabajo se lo dejo a mis compañeros. En ocasiones me limito a indicar una serie de directrices sobre lo que no debemos hacer los que formamos parte de las pinturas vivientes, como sonreír o hablar con el público. El trabajo de dirección es más creativo, de interacción entre los personajes que participan y el público", añade.

Compra y venta

En Granada, las sesiones de exposición no han sobrepasado las dos horas continuadas. En otros lugares, cuando el tiempo de trabajo es mayor, el propio público se ha encargado de forma espontánea de darles de comer o de beber, como pasó en Nueva York. La muestra permanecerá abierta hasta el domingo en el palacio de los Condes de Gabia, de Granada."Pretendo retar al arte contemporáneo, porque no estoy de acuerdo con la concepción de arte actual, que consiste en la compra y venta, y eso no lo puedo concebir. En mis obras pretendo introducir tres elementos esenciales: la creatividad, la expresividad y la provocación", dice. Woodrow asegura que la inspiración para sus pinturas vivientes nació parejamente con el momento en que las concibió. "Con el tiempo se han desarrollado en el fondo, en la forma de representar las figuras dentro del contexto y, principalmente, en el color. Las imágenes permanecen igual".

El color que emplea en cada cuadro lo escoge pensando en recrear una atmósfera determinada. Así, elige el rosa para situaciones alegres y los tonos oscuros para los ambientes de seriedad. Woodrow, no obstante, no sólo se dedica a experimentar con sus pinturas vivientes; la misma inspiración la ha usado también para otras expresiones artísticas. El año pasado hizo un montaje que consistía en imitar el ambiente de un hospital.

"Mi arte no tiene nada que ver con lo religioso, sino con lo político. Yo reto al público y al sistema político porque mis ideas son diferentes", indica. Admite que la idea de los colores que emplea en sus pinturas vivientes está inspirada en el arte minimalista, sobre todo en Rothko. "Los colores dan una impresión de movimiento e impactan en el público. Esto no quiere decir que esté de acuerdo con la teoría minimalista, a la que de alguna forma reto", agrega.

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