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ECOLOGÍA

Los 80 países de la Conferencia de Helsinki acuerdan eliminar para el año 2000 los gases que dañan el ozono

Representantes de unos 80 países, reunidos en Helsinki para asistir a la primera conferencia de los países firmantes del protocolo de Montreal, parecen estar de acuerdo en acabar con la producción de los gases clorofluorocarbonos (CFC), que dañan la capa de ozono de la atmósfera, antes del año 2000. Anoche se aprobó, también por unanimidad, la creación de una fundación que ayudará a los países del Tercer Mundo a desarrollar sustancias químicas inocuas que sustituyan en estos países a los CFC y a los halones.

La propuesta de crear una fundación, financiada por los países industrializados, que ayude a los países pobres a desarrollar nuevas tecnologías para sustituir los CFC en sus industrias incipientes, partió de Finlandia.La idea pretendía sobre todo animar a China a firmar el protocolo de Montreal. Este país tiene en su programa de industrialización la premisa de situar un frigorífico en cada hogar chino, con lo que ello supone en el consumo de CFC.

La eliminación de los gases CFC y los halones y su sustitución por sustancias inocuas o menos perjudiciales para el medio ambiente demandan ingentes recursos aplicados a la investigación, a la obtención de nuevas tecnologías y a la reconversión de industrias, que sobrepasan en mucho las posibilidades de los países pobres.

Eliminación total

Éste es sin duda el nudo del problema, y la conferencia que se inició ayer está abocada a tratar de resolverlo. En este sentido, no se ha partido de cero, ya que esta reunión disponía de un proyecto de documento elaborado por los países firmantes de la Convención de Viena durante la reunión celebrada en Helsinki la pasada semana, por el que se establecían las bases para un apoyo financiero y tecnológico de los países ricos a los que se encuentran en vías de desarrollo.En la sesión inaugural, el presidente de Finlandia, Mauno Koivisto, resaltó la importancia de las decisiones que se adopten.

"Los países industrializados", dijo Koivisto, "deben estar dispuestos a invertir mucho más que antes en el desarrollo de nuevas tecnologías, y también estar dispuestos a aportar esos conocimientos a los países subdesarrollados. Creo que es el momento adecuado para tomar la decisión de prohibir los CFC antes de que finalice este siglo", agregó.

Por su parte, Mostafá K. Tolba, director ejecutivo del programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, promotor de esta conferencia, hizo un balance de la situación desde la firma del protocolo de Montreal en septiembre de 1987, al que calificó de "precedente histórico en los acuerdos para la protección del medio ambiente".

Señaló que los conocimientos acumulados sobre los procesos destructivos de la capa de ozono desde la firma del protocolo de Montreal en septiembre de 1987 y la cumbre de La Haya hasta ahora indican que las metas propuestas entonces deben ser ajustadas.

"La eliminación total de los CFC para finales de este siglo debe ser la meta sustitutiva de la del 50% que se había planteado incialmente", dijo Tolba.

En la sesión plenaria de la tarde, el ministro español de Obras Públicas y Urbanismo, Javier Sáenz Cosculluela, en representación de los ministros de Medio Ambiente de la Comunidad Europea, tras enumerar los compromisos asumidos por los países de la CE que afectan a un tercio de la producción mundial de CFC, señaló que estos objetivos -reducción del 85% de los CFC en el menor tiempo posible y eliminación total para el año 2000- requieren un acuerdo más amplio y universal.

Riesgos

Cosculluela propuso, en tal sentido, la revisión del protocolo en sus objetivos de producción, y solicitó que fuera firmado por un mayor número de países, ya sean éstos productores o usuarios de los clorofluorocarbonos. "Una vez adoptadas y establecidas las nuevas tecnologías", dijo el ministro, "se producirá una situación irreversible que hará imposible el regreso a estos productos, lo que permite un razonable optimismo de conseguir la recuperación de la capa de ozono en el plazo más breve posible"."Es evidente", agregó el ministro español, "que los países desarrollados pueden afrontar estas tecnologías de sustitución, pero no así quienes se encuentran en vías de desarrollo, que precisamente han basado éste, en gran medida, en el empleo de tecnologías qué ahora son rechazadas por aquéllos".

"Si la comunidad internacional no se propone remediar este hecho", concluyó, "se corre el riesgo de hacer infructuoso todo el esfuerzo realizado".

[Durante la inauguración de la conferencia, informa Reuter, la policía de Helsinki detuvo a varios miembros de la organización ecologista Greenpeace que habían cubierto la bandera finlandesa con una pancarta. Los ecologistas lanzaron globos con inscripciones en las que pedían la inmediata paralización de los productos que destruyen la capa de ozono. Un portavoz de la policía informó que habían detenido a cuatro o cinco manifestantes. Greenpeace reconoció que habían sido tres las personas arrestadas.]

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