Orquestas juveniles interpretan en Murcia música de nuestro siglo
La dedicación de parte de los programas de las agrupaciones sinfónicas a la música de nuestro siglo se ha convertido en práctica corriente en el Festival Internacional de Orquestas Juveniles, cuya novena edición se celebra en Murcia en estos días.Este año, aparte páginas tan significativas como las de Hindemith o Weiner y los estrenos de autores españoles, los jóvenes instrumentistas del conservatorio de Milán han montado un programa contemporáneo enormemente atractivo con Octandre, de Varese, la Suite para flauta y percusión, de Jolivet, y los Folk-songs, de Luciano Berio, en los que exhibió su arte inteligente, vivo y de gran expresividad la soprano japonesa
Yoshiko Kikuci, así como el flautista de Ferrara Alessandro Longhi dominó con brillantez la parte solista en la suite de Jolivet, obra madura de su último período, pues data de 1965. En ella, un juego de percusiones sustituye las funciones específicas de la cuerda en el género de obras concertadas con solista.
En los Folk-songs, Luciano Berio trata un grupo de temas populares, de diverso origen, rodeándolos de un ambiente instrumental y armónico directamente derivado de cada melodía. Por el procedimiento, el trabajo de síntesis y la misma intención, en ciertos momentos aparece la sombra de Manuel de Falla en El retablo de maese Pedro.
El director Daniele Callegari, un milanés que todavía no ha cumplido los 30 años, demostró unas magníficas dotes y una preparación que lo llevarán pronto a un lugar destacado entre los directores de su generación.
Grupo japonés
Por otra parte, un grupo japonés procedente de Tokio y mayoritariamente femenino, muy seriamente preparado por el maestro praguense Antonin Kühnel, exhibió en la plaza de la Cruz un buen criterio e igualmente buena preparación técnica al interpretar la Sinfonía número 104 de Haydn. Asimismo, los jóvenes de Estrasburgo, dirigidos por Etienne Bardon, también brillante elarinetista, como lo demostró en el concierto de Karl Stamitz, y la Orquesta del Conservatorio de Yigo, con el maestro Martínez Alvares-Nava a su frente, han llenado estos días los teatros de la región y las plazas de su capital en audiciones vivas, seguidas con atención y silencio en medio del natural ambiente festero de estos días.
Todo ello otorga a los ciclos murcianos un aire decididamente antielítista, y dirigido principalmente hacia los jóvenes, en búsqueda de una utilidad que se demuestra cierta por el progresivo crecimiento de la asistencia a todas las manifestaciones.
Babelia
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