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Pintura española de la época de Carlos III, en Londres

La muestra, que se exhibe en la National Gallery, fue inaugurada por la reina Sofía

La National Gallery de Londres acaba de inaugurar una exposición de pintura española de finales del siglo XVIII, que ayer fue visitada por la reina Sofía. Desde Giaquinto a Paret, la muestra da una rápida ojeada a la producción pictórica de la España ilustrada de Carlos III. Lo más espléndido de la exposición son los bodegones de Luis Meléndez, un artista que no pudo explotar su potencial artístico por problemas con la recién nacida Academia de San Fernando.

La primera pinacoteca británica ha añadido últimamente a sus fondos tres obras de esta época poco conocida fuera de España. Naranjas y nueces, de Meléndez, la Vista de El Arenal de Bilbao de Paret y un boceto de Bayeu aparecen en la exposición que patrocina el Banco Bilbao Vizcaya en un contexto que el museo pretende sirva para disipar la idea de que entre los artistas del siglo de Oro y Goya, la pintura española es un lienzo en blanco.La Academia de San Fernando, fundada por Carlos Ill, es el núcleo sobre el que giran los pintores reunidos en la National Gallery. Unos estuvieron amparados por ella, como el napolitano Corrado Giaquinto, el de los frescos del Palacio Real, quien fuera su primer director, y otros fueron repudiados, como Meléndez y Paret, ambos sometidos al ostracismo académico por razones ajenas a su arte.

La exposición apunta qué cotas hubiera podido alcanzar Meléndez de no haber sido víctima de los conflictos de su padre con la Academia y haber tenido que mal vivir de pintar bodegones. Su autorretrato es una de las más espectaculares piezas de esta muestra de medio centenar escaso de lienzos, entre los que los bodegones del artista son lo más atractivo. Naranjas y nueces es el único de los cuadros del pintor que aparecen en esta exposición que está fechado y en él tiene perfecto acomodo la intensidad de la composición lograda en otras obras de menor formato.

El cuadro es muy atractivo y el autor del catálogo opina que es tentador pensar que fue pintado en gran formato para dar más fuerza a sus pretensión de ser acogido como pintor de Corte. Meléndez fracasó en sus intentos y murió en la miseria.

El contraste de Meléndez, continuador de la fuerza tradicional de la pintura española, con un Luis Paret afrancesado, de colores pasteles y paisajes idílicos poblados por seres felices no puede ser mayor. Lo que les une es su desgracia. Paret también tuvo problemas en la Corte, de Meléndez, y fue forzado al destierro tras ser acusado de celestinear en favor del príncipe don Luis, su mecenas.

El madrileño fue enviado primero a la colonia de Puerto Rico y, aunque después pudo volver a España, se le impidió poner los pies en Madrid. El pintor se instaló en Bilbao y A ello se debe la serie de puertos del Cantábrico pintada con un aire placentero que le ganó el sobrenombre de Watteau español. Son obras encargadas desde palacio, con el que Paret no perdió contacto durante su exilio caribeño ni vasco. La Vista de la Concha, que hoy está en la Zarzuela, es un lienzo que inspira una sonrisa, con un San Sebastián perdido en la lejanía y arremolinado en torno a dos torres.

Los dos Bayeu, Tiépolo y González Velázquez completan la nómina de los pintores a los que los británicos pueden aproximarse hasta el 31 de mayo.

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