Archivadas las diligencias abiertas por las vacunas de 'polio' inactivas

La fiscalía de la Audiencia Territorial de Madrid ha archivado las diligencias informativas abiertas en octubre de 1988 para esclarecer los motivos por los que quedó inactivo un lote de 47.000 vacunas contra la polio de laboratorios Llorente. Según el informe realizado por el fiscal especial del caso, Fernando Sequeros, tras la investigación realizada no se han encontrado cargos suficientes "como para imputar a persona o institución determinada la comisión de hecho delictivo alguno".Un total de 18.000 niños de varias comunidades autónomas (Madrid, Canarias, Castilla-La mancha, Castilla-León, Valencia y Murcia) fueron vacunados con dosis procedentes de ese lote estropeado, denominado A-30. La pérdida de la capacidad inmunológica de las vacunas se descubrió de forma casual al quedar temporalmente desconectado el frigorífico de un centro de salud.

Los responsables sanitarios, tanto de la Administración central como autonómica, manifestaron que las condiciones de transporte y manipulación de ese lote fue idéntico al del resto de las partidas que no presentaban defecto. Por ello, las investigaciones se orientaron a esclarecer las condiciones de fabricación y almacenaje de las vacunas en los laboratorios Llorente.

Fallo fortuito

Fernando Sequeros examinó in situ, junto con dos inspectores farmacéuticos, la cadena de producción, así como la documentación existente sobre la elaboración de ese lote y gráficas de temperatura. Se comprobó que "los ejemplares estudiados del lote A-30 tenían una concentración de sacarosa correcta y similar a la encontrada en otros lotes que no habían sufrido ningún problema". "Sólo queda la posibilidad", según el informe del fiscal, "de un fallo en el mantenimiento específico de ese lote en los laboratorios Llorente, que, sin embargo, por su misma característica de fenómeno fortuito, no puede demostrarse tampoco con un estudio analítico del mismo. Si el mal mantenimiento se pudiera deber a un acto no documentado por los empleados de los laboratorios, no había posibilidad técnica de detectarlo salvo la declaración del personal que hipotéticamente lo efectuara".