José Carlos Plaza: "Hay más espectáculo en la calle que en el teatro"

José Carlos Plaza, madrileño, de 43 años y director teatral, que en los próximos meses sustituirá a Luis Pasqual al frente del Centro Dramático Nacional (CDN), afirma que éste debe volver a los contenidos sobre la preeminencia de los aspectos escénicos y formales. "Ahora mismo, la calle está ofreciendo más espectáculo y más respuestas a la sociedad que el teatro".

José Carlos Plaza, formado en la escuela de William Layton y fundador del Teatro Experimental Independiente (TEI), señala como el momento más importante de su vida el estreno en San Sebastián en 1987 de la obra de Valle-Inclán, Divinas palabras, por el grupo Orain. "Aquel año daba clases en Pamplona y tenía un grupo de alumnos que siempre llegaba tarde. Descubrí que el motivo de su retraso era que viajaban todos los días desde San Sebastián. Me produjo tal conmoción su interés que acepté encantado montar la obra. Encontré un potencial enorme en su juventud y me aportaron mucho más a mí que yo a ellos", recuerda. Para el futuro director del CDN esta experiencia puede servir de "botón de muestra" de la nueva línea de actuación que quiere impulsar: "Debe existir un intercambio de actores y directores entre Madrid y las comunidades autónomas y que el CDN llegue a coproducir funciones con ellas". Y añade con énfasis: "El María Guerrero es tan sólo la sede del teatro nacional".El director teatral quiere también "reactivar la dramaturgia española" y trabajar con todos los autores "que escriban para la sociedad de hoy". En su opinión, tradicionalmente ha existido un "cierto papanatismo hacia lo de fuera, que en ocasiones se ha hecho mal y con retraso, y se ha olvidado el teatro propio". Aunque acepta todas las fórmulas y estilos, Plaza se muestra partidario del "realismo poético". Uno de sus proyectos es la creación de un Centro de Dramaturgia donde acudan los escritores y hacer ensayos abiertos en el propio CDN.

"Escaparate nacional"

Sobre las críticas que acusan al CDN de haberse convertido en el escaparate del teatro nacional cuando la realidad del mismo es muy distinta, José Carlos Plaza reconoce que ha sido así debido a que "era el propio espectador el que estaba viciado por el escaparatismo, que ha sido una actitud general del país. Hemos intentando atraer al espectador con lo escénico, con lo formal, porque es lo que pedía la sociedad". En estos momentos, Plaza se plantea volver al fondo, a los valores de los argumentos dramáticos, una necesidad que percibe en el ambiente: "La sociedad está demandando respuestas profundas a sus problemas y hace falta que la gente de teatro sea capaz de encontrarlas. Ahora mismo, la calle está ofreciendo más espectáculo y más respuestas que el teatro", dice convencido.En cuanto a los problemas que tiene que afrontar el teatro señala como más graves la falta de infraestructuras y de locales. Otros retos de su gestión al frente de los destinos del teatro público español son la dificultad de contar con un repertorio de obras y mejorar la formación de los actores. "Soy un hombre de escuela y todo lo que sé lo he aprendido allí. Soy rotundamente partidario de que el actor necesita aprender su oficio, del trabajo y la voluntad".

La política de subvenciones estatales le parece un "mal intrínseco por que genera una picaresca tremenda y si no es así sólo es una pomada, un parche".José Carlos Plaza, responsable del montaje de obras tan diversas como Las bicicletas son para el verano, La casa de Bernarda Alba o la comedia musical actualmente en cartel, Carmen, Carmen, y de varias óperas, prepara desde hace dos años Hamlet, en versión de Miguel Ángel Conejero, director del Instituto Shakespeare de Valencia, con Ana Belén y José Luis Gómez.