La CE pretende asumir competencias de defensa

ENVIADOS ESPECIALESLa Comunidad Europea (CE) debería asumir competencias en cuestiones de defensa, declaró ayer el ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, en el discurso de presentación de la presidencia española ante el pleno del Parlamento Europeo. En su primera actuación ante una institución comunitaria como presidente del Consejo de Ministros, Fernández Ordóñez leyó durante más de una hora una alocución de 54 páginas en la que pasó revista a los objetivos del semestre, recalcando que "la prioridad de la presidencia española se llama Europa".

Tras recordar que el Acta única restringe la coperación entre los doce en materia de defensa a cuestiones políticas y económicas, pero excluye las militares, el ministro español afirmó que, llegado el momento, "deberemos evaluar la conveniencia de superar las limitaciones que impone al artículo 30 a nuestra coordinación en temas de seguridad"."El ingreso de España en la Unión Europea Occidental", el único foro exclusivamente europeo dedicado a temas de defensa, "es consecuencia de una dicotomía que la propia Acta única reconoce y que mi país desearía ver superada", añadió Fernández Ordóñez, que instó a que no se eluda un debate que el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, ha planteado varias veces en vano. Por eso el orador desmintió en una ulterior conferencia de prensa que España vaya a tomar una iniciativa.

Israel y los palestinos

De regreso de una visita a Israel en representación de los doce Fernández Ordóñez reiteró también su voluntad de "contribuir activamente... a la solución de uno de los más complejos conflictos de nuestra época", el de Oriente Próximo, donde "la paz y la seguridad para todos los Estados de la región sólo llegarán mediante el reconocimiento de los derechos políticos de los palestinos y del derecho de Israel a vivir en paz y en seguridad".

Convencido de que la llamada cooperación política debe "ser algo más que simples declaraciones y significar una verdadera acción colectiva", el ministro español pidió que al "claro compromiso de ¡apoyo político a la democracia en América Latina y a la solución del conflicto centroamericano" se corresponda "el nivel de nuestro apoyo econórnico".

Dedicando a Latinoamérica más tiempo que a cualquier otro capítulo de las relaciones exteriores europeas, Fernández Ordóñez echó en "falta la palabra colectiva de la Comunidad" ante el problema de su enorme deuda, para cuye, tratamiento la CE carece de competencia, aunque Madrid desearía que actuase como grupo de presión en el Club de París o en el Fondo Monetario Internacional.

En cuanto a las relaciones con el Este, el ministro se mostró esperanzado de que durante el semestre se "defina un marco comunitarle de relaciones con la URSS" y se concluyan acuerdos con Polonia y Hungría. "Podemos", vaticinó, "dar una contribución significativa al desarrollo económico de la URSS y de los países de Europa central y oriental", y, a diferencia de lo que ha sucedido hasta ahora, pronosticó que los doce "lo haremos coordinadamente, preservando la coherencia con nuestros planteamientos políticos".

De puertas para dentro, la prioridad para la CE es la realización de ese mercado único en el que desaparecerán todas las barreras intracomunitarias, pero si el proceso es "irreversible... no tenemos garantizado su cumplimiento en los plazos previstos", advirtió el titular de Exteriores, que identificó incluso dos zonas de sombra: la desaparición de las fronteras físicas y de las fiscales.

Salpicado de citas del presidente Felipe González y de halagos al Parlamento Europeo, el discurso concluyó con un pronunciamiento a favor de "una revolución tranquila", que consiste en empezar a fomentar durante la presidencia española una reflexión sobre "la distribución de competencias dentro y fuera de las instituciones comunitarias con vistas a la Unión Europea", a realizar más allá del mercado único.