Tam Tam Go! confirma el buen momento de los conciertos de 'rock'
Iberpop 89 llegó al ecuador con una tercera jornada en la que ha destacado la actuación del grupo Tam Tam Go! y una animada mesa redonda, centrada en un período de la música pop española comprendido entre los años 1969 y 1975. También continuaron, cada día con superior afluencia de público, los ciclos dedicados a la actual panorámica del vídeo-clip nacional y al nuevo cine español y sus bandas sonoras. Tam Tam Go! se convirtieron en las estrellas del tercero y último de los conciertos celebrados en el polideportivo municipal de Logroño, completando un cartel en el que, además del grupo riojano La Reina y Yo, estaban Alex y Christina, los últimos representantes españoles en el festival de la OTI.
El dúo se limitó a dar un repaso a su álbum de debú, dejando claro que apuestan por la vertiente más comercial y simplista del pop actual, apoyándose siempre en una cuidada imagen. Tam Tam Go! también presentaron su único disco, cantando prácticamente todas sus canciones en inglés; pese a este teórico handicap, lograron a base de fuerza y buenas canciones una magnífica aceptación por parte de las más de 2.000 personas que se dieron cita en el viejo frontón Las Gaunas.
Mesa redonda
Mesa redonda del día, Underground, canciones de verano, nuevo folk y toques raciales, estuvo dedicada a la primera mitad de los años setenta, una época que el editor discográfico Mario Pacheco calificó como de "muy confusa, puesto que nadie sabía realmente lo que quería. A nivel internacional, el pop dio un gran salto, mutándose de forma paralela a su público. En nuestro país eso no sucedió así, y no se asimilaron las influencias que podían llegar de algunas cuestiones extramusicales, como la literatura, las drogas o la política".
Pau Riba, legendario músico catalán, vivió este período "de modo muy intenso, puesto que tenía como meta romper el sistema de valores establecido. En los años sesenta nadie se daba cuenta de eso, pero en los setenta todos sabían que íbamos a por ellos..., y los caminos se separaron: el pop comenzó a bailar al son que marcaba el sistema, mientras que era el rock quien les tiraba piedras. Se había dado el gran salto, pasando de la guitarra y la silla a las auténticas bandas de rock and roll".
Periodista especializado en música folk, Pedro Feito llevó el diálogo a su terreno, para asegurar que "la participación del público fue lo más destacable de una época en la que no había grandes estrellas. Todos tenían muy claro que la música que surgía de Madrid o de Barcelona era fácil de superar, y comenzaron a buscar nuevos ritmos en Andalucía, en África y en los lugares más insospechados. Fue el apogeo del folk internacional y de la canción protesta, unos movimientos que llegaron a España muy manipulados: Nuestro Pequeño Mundo, Paco Ibáñez y Joaquín Díaz eran las tres únicas opciones".
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