Un moderno sistema preservará las momias reales del Museo de El Cairo

El próximo mes de marzo llegará a El Cairo desde Estados Unidos la primera de una serie de vitrinas tecnológicamente avanzadas, destinadas a preservar las famosas momias reales depositadas en el museo de la ciudad. Estas vitrinas, concebidas por el Getty Conservation Institute (GCI) en su centro de Marina del Rey (California) a resultas de un encargo de la Organización Egipcia de Antigüedades (OEA), permitirán controlar la temperatura, la humedad relativa y la actividad de microorganismos en los embalsamados cuerpos de los faraones.

El Museo de El Cairo posee 27 momias reales, entre ellas las de los más importantes faraones del Imperio Nuevo, como Seti I, Ramsés II y Tutmosis III, descubiertas en 1871 en el escondite real de Deir el Bahari (cerca del Valle de los Reyes, donde están las tumbas originales).Las momias se expusieron en el museo hasta 1981, cuando la famosa sala 52 (Mummy Room), convertida en una gran atracción turística, fue cerrada por orden expresa del presidente Sadat, que deseaba preservar a los faraones, de los que se consideraba directo descendiente, de mirada morbosas.

"Las momias se encontraban entonces sometidas a un proceso de degradación muy fuerte", explicó recientemente en Luxor a este diario Frank D. Preusser, director de programas de investigación científica del GCI y principal responsable del proyecto de las vitrinas. "Al cerrar la sala se decidió iniciar un estudio sobre la conservación de las momia , con la idea de volver a exponerlas en condiciones más dignas y seguras; se recibieron muchas propuestas, pero finalmente, el año pasado, la OEA se inclinó por nuestro proyecto".

Una momia de prueba

Los egipcios enviaron una momia a Los Ángeles (la de una mujer anónima, denominada galantemente Lady X por los norteamericanos), con objeto de que fuera empleada en los estudios ambientales y microbiológicos (en los que participó una española, Nieves Valentí).El objetivo era que Lady X sirviera para construir un sistema aplicable a todas las valiosas momias reales, tanto para las que se expusieran como para las almacenadas. El proyecto arrancaba de una idea del siglo XIX: la mejor manera de conservar algo es sacar el aire del entorno. El más avanzado sistema con este principio es probablemente el aplicado a la declaración de independencia de los Estados Unidos, rodeada de gas helio.

"Había una serie de condiciones para el sistema de conservación de las momias", señala Preusser; "debía ser lo más simple posible para poder realizarlo en cualquier país, precisar poco mantenimiento y no depender de un sistema de energía externa". "Lo primero que hicimos fue construir una caja hermética, llenarla de nitrógeno y analizar los siguientes aspectos: capacidad del nitrógeno para controlar la microbiología y los insectos (la momia de Ramsés II, por poner un ejemplo, ha padecido piojos y hongos), grado óptimo de humedad relativa y efecto de la luz en el material orgánico y en presencia del nitrógeno".

También había que trabajar la cuestión de los materiales que debían emplearse. Los estudios demostraron que con un 30% o 40% de humedad relativa y menos de un 0,5% de oxígeno, la actividad biológica en la momia es prácticamente cero, y que en un período muy breve el nitrógeno acaba con los insectos, sus larvas y sus huevos.

El diseño final, resultado de la colaboración del GCI con una compañía de ingeniería, es una armadura de aluminio con vidrios y un sistema de sellado lo más homogéneo posible.

La vitrina -más bien una urna- lleva debajo una especie de globo que sirve para absorber las diferencias de presión atmosférica. Una serie de controles proporcionan medición de oxígeno, humedad y temperatura.