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Sufrimiento fetal

La cesárea debe ser el último recurso, según Esteban-Altirriba

Milagros Pérez Oliva

El doctor Joan Esteban-Altirriba acaba de presentar en el Congreso Mundial de Ginecología y Obstetricia, celebrado en Río de Janeiro entre el 24 y el 29 de octubre, los resultados de 20 años de investigación de un tratamiento del que ha sido pionero mundial: el del sufrimiento fetal durante el parto. Frente a la concepción generalizada de que cuando se apreciara sufrimiento fetal debía extraerse inmediatamente el niño mediante cesárea, el equipo que dirige el doctor Esteban-Altirriba, catedrático de Ginecología y Obstetricia en la Universidad Autónoma, ha demostrado que siempre es mejor tratar de recuperar al niño en el seno materno.

La falta de oxígeno y la acidosis constituyen las principales causas de sufrimiento fetal y son responsables de la mayor parte de la mortalidad y la subnormalidad perinatal. Cuando el doctor Esteban-Altirriba comenzó su trabajo de investigación en el hospital de Sant Pau, se consideraba que la cesárea era la única actuación posible cuando se apreciaba sufrimiento fetal."En el 5% de los partos se produce algún tipo de sufrimiento fetal. Hace unos 20 años comenzamos a estudiar una serie de fármacos -los betamiméticos- que tenían la propiedad de frenar el parto, y observamos por casualidad que si deteníamos el parto, el feto dejaba de sufrir. Pensamos que esos fármacos podían tener propiedades para combatir el sufrimiento fetal", explica el doctor Esteban-Altirriba. Así era. A lo largo de varios años, el equipo estudió los tratamientos posibles y el resultado confirmó sus hipótesis.

Sin embargo, la inercia era muy fuerte y cuando fue invitado a presentar sus trabajos en el congreso mundial de la especialidad celebrado en Moscú en 1973, su tesis provocó furibundas reacciones. Quince años después, sin embargo, el tratamiento se ha generalizado y el doctor Esteban-Altirriba ha sido invitado de nuevo por el comité científico para exponer ante el congreso mundial los resultados de una técnica plenamente consolidada. El planteamiento está claramente definido: en caso de sufrimiento fetal, siempre es mejor intentar recuperar al niño en el seno materno, porque si da resultado se evita una cesárea y todos los riesgos que comporta, y si fracasa al menos el niño llega a la extracción en mejorescondiciones que si no se aplica ningún tratamiento.

"Por muy avanzadas que sean las técnicas que se utilicen, es imposible preparar una cesárea en menos de 20 minutos. Si no se aplica ningún tratamiento, durante ese tiempo el estado del feto continúa deteriorándose y en el caso de que la extracción llegue a tiempo, el niño puede tener problemas a la hora de respirar. Por otra parte, la falta de oxígeno, si es prolongada, puede provocarle una lesión cerebral de secuelas irreversibles".

Tiempo de recuperación

Por eso, según el doctor Esteban-Altirriba, "en todos los casos está indicado aplicar el tratamiento de recuperación e iniciar al mismo tiempo la preparación de la cesárea, por si este fracasara. Veinte minutos es el margen para evaluar la mejora. Si el tratamiento surte efecto, la recuperación del feto es siempre total, por lo que al iniciarse la mejoría puede detenerse el parto y esperar a que desaparezca el sufrimiento fetal para reemprenderlo"."La cesárea tiene que ser siempre el último recurso", añade, "y comete un error importante quien, para evitarse problemas, recurre a ella como primera medida". Esta es una problemática muy extendida en Estados Unidos, donde el 28% de los partos se hace por cesárea, como reacción de los médicos a la posibilidad de ser demandados si quedan secuelas del sufrimiento fetal.

También en España puede ocurrir en algunos casos pero, según el doctor Esteban-Altirriba, el porcentaje de cesáreas se sitúa entre el 14% y el 16% de los partos y no es superior al de otros países europeos, por lo menos en los centros sanitarios públicos. De los 553 casos de sufrimiento fetal que ha tratado el equipo de Sant Pau en los últimos diez años, 345 hubieran necesitado cesárea si no se hubiese intentado la recuperación del feto. La aplicación del tratamiento evitó 279 cesáreas y sólo en 66 casos hubo que extraer al niño.

Además de estar plenamente indicado desde el punto de vista terapéutico, el tratamiento fetal representa además un importante ahorro económico, "lo cual, dada la precariedad de recursos que sufre la sanidad, tiene su importancia", afirma.

Joan Esteban-Altirriba cree que la investigación médica está sufriendo en los últimos años una desviación muy peligrosa: la espectacularidad y la búsqueda del éxito fácil.

"Se esta imponiendo esta moda de tal forma que parece que ya no interesan las investigaciones de resultados a largo plazo, las investigaciones largas y poco rentables desde el punto de vista de la imagen. Esta orientación está impregnando a la sociedad entera e incluso a los poderes públicos, hasta el punto de que hoy es muy difícil obtener subvenciones o becas de investigación para temas que no sean de fecundación in vitro, trasplantes o similares, que son los temas que están de moda", afirma.

"Nosotros hacemos fecundación in vitro, qué remedio", añade, "pero lo que la sociedad no sabe es que el índice de éxitos de esta técnica es más bien exiguo. Se destinan enormes cantidades a una investigación que resuelve el problema de una ínfima parte de la población con problemas de esterilidad. ¿Qué representan 200 nacimientos por fecundación in vitro en toda España? Poca cosa".

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