Inquietud entre los productores ante la inminente modificación de la 'ley Miró'
Desde la llegada de Jorge Semprún al Ministerio de Cultura han sido varias las ocasiones en que se ha anunciado públicamente la modificación del llamado decreto Miró aprobado en diciembre de 1983. Este cambio, que consistiría en adaptar el sistema de subvenciones anticipadas a las medidas de fomento de la Comunidad Europea, es esperado con cierto nerviosismo por los productores españoles. Más que modificar el mencionado decreto, los productores exigen transparencia
La transparencia que reclaman los productores pasa por terminar con el fraude en el control de taquilla y el sistema de ventas de películas por lotes y a tanto alzado.La intención del director del Instituto del Cine y de las Artes Audiovisuales, Fernando Méndez Leite, de revisar el decreto Miró en el apartado en el que se especifica que cuando un filme supera el 65% de la recaudación de taquilla empieza a generar subvención para el próximo proyecto, causa estupor entre los productores. Estas modificaciones se realizan a consecuencia de la llamada de atención realizada por la CE para terminar con la situación por la que se puede dar el caso de que un productor inicie un rodaje sin arriesgar una peseta gracias a la acumulación de distintas ayudas económicas.
Elías Querejeta, de 54 años, uno de los productores más consolidados del mercado español, con una treintena de películas financiadas por él, opina que "es una banalidad hablar si se da una cierta cantidad a una determinada película o si ésta siempre se empieza a rodar sin riesgo por parte del productor. Ante todo hay que pedir al Ministerio de Cultura que haga un estudio detallado comparando lo que pasa en los restantes países de la Comunidad Europea. Y que a partir de ahí hagan una normativa. Ojalá hagan esto cuanto antes, porque puedo asegurar que el cine español saldrá beneficiado respecto a su situación actual".
Insiste Querejeta en que lo primero que hay que hacer es ordenar el mercado hasta conseguir que éste sea transparente y se termine con la implantación de ventas de lotes de películas por parte de las distribuidoras de la multinacionales norteamerianas, así como con la defraudación en el control de taquilla, estimado en de un 20% de la recaudación.
Equiparación
Aunque los productores españoles de cine presenten listas inacabables de los problemas que afectan a su sector, casi todos ellos señalan como puntos comunes la mala situación de la exhibición y la necesidad de que las medidas de fomento institucionales sean semejantes a las que disfrutan los productores de la CE, y especialmente los franceses.Andrés Vicente Gómez, de 44 años, uno de los productores españoles que más películas de éxito tiene en pantalla, opina que para que la producción española supere la docena de películas que anualmente cubren con amplitud la inversión es necesario aplicar ayudas amplias a los proyectos. "El fondo de 2.500 millones para subvenciones anticipadas me parece una cantidad miserable si se quiere hacer cine para competir en el mercado externo".
"En Francia", afirma Andrés Vicente Gómez, "si una película tiene éxito puede llegar a generar hasta tres o cuatro veces su coste para ser reinvertido en nuevos proyectos. En Dinamarca, el filme El festín de Babette ha sido financiado íntegramente por las instituciones públicas. El sistema actual no es perfecto; habría que cambiar cosas, pero nunca haciéndolo más tacaño".
José Frade, cuyas producciones tuvieron una fuerte implantación en la década de los setenta y que últimamente ha disminuido notablemente su actividad, afirma sin dudar que el decreto Miró es "perfecto", pero que está pésimamente aplicado porque de ello se encargan personas (la Subcomisíón de Valoración) con unos intereses subjetivos muy marcados. "Hemos llegado a una situación tan lamentable en la que ya no se piensa en el público, sino que los proyectos se hacen para satisfacer el gusto de media docena de personas".
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