Olvidados
Soy uno de los pocos que vamos quedando que sufrimos varios años de cárcel con el régimen de Franco por el solo motivo de haber luchado voluntariamente al lado del Gobierno legítimo, pues de los que hicieron algo más no quedó nadie para contarlo.Sufrí tres años de pirisión y 40 de libertad vigilada; estando en prisión sufrí una operación de pleuresía purulenta, con un tubo de drenaje durante seis meses y secuelas para toda la vida; el motivo de esta enfermedad fue el estar acostado en el cemento sin ninguna protección. Después de esto nos considerábamos importantes rojos peligrosos y la Guardia Civil se preocupaba de vigilarnos; esto nos producía algún temor, pero nos considerábamos alguien.
Llegó la ansiada democracia, que nos ha producido desaliento y decepción. Ya no somos nadie; somos los olvidados, pues malo es que te persigan, pero peor que te ignoren.
Para los compañeros socialistas suponemos pocos votos, pues muchos de nosotros, por nuestra edad y achaques, no tenemos energías para salir a la calle. Sería interesante, si fuese posible, reunirnos en manifestación con cachavas y arrastrando los pies.
Alguien ha presentado una proposición de ley solicitando que nos concedan una ayuda para poder acabar nuestra vida dignamente, pero los que tienen el deber moral y legal de hacerlo lo han ignorado. Deben de considerar que es un problema que -se resolverá por sí solo sin tardar mucho tiempo.-
