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Abierto en Washington un hogar para bebés nacidos con anticuerpos del SIDA

Dos hermanas norteamericanas, Debbie Tate y Joan McCarley, han decidido crear una institución en Washington para niños nacidos con anticuerpos del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). La institución ha sido bautizada con el nombre de Grandma's Hoase (La Casa de la Abuela), reivindicando el hecho de que "cuando una familia no está intacta, es a menudo la abuela la que toma la responsabilidad y rellena el vacío dejado por los padres". La primera, y hasta ahora única casa de esta institución, empezó a funcionar a principios de este año.

Durante los primeros 15 meses de vida los análisis médicos siguen mostrando la presencia de anticuerpos del virus del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), pero el fantasma de una muerte segura puede aún una muerte segura puede aúndesvanecerse. Hasta el fin de este período, los bebés' nacidos de madres portadoras del virus siguen llevando en su sangre los mismos anticuerpos que su madre, por lo que cabe la posibilidad de que en un momento de terminado los análisis dejen de ser positivos. En Washington una organización empujada por dos mujeres ha creado un hogar para ellos y la han llamado Grandma's House, la 'Casa de la abuela'.

En el norte del distrito de Columbia, en un barrio de pequeñas casas, sin que ningún signo exterior denote su existencia, una vivienda recoge a las víctimas más desvalidas de lo que ha sido dado en llamar la peste del siglo XX. Son cuatro bebés que han sido abandonados en hospitales e instituciones públicas y que al nacer llevaban en su sangre anticuerpos del virus VIH. Son hijos no deseados de familias rotas por la droga.

Una pequeña ventana se mantiene abierta a la esperanza. Durante los primeros 15 meses, al igual que todos los demás bebés llevan en su sangre los mismos anticuerpos que su madre. Hasta este momento el positivo de los análisis no significa que ellos mismos estén infectados por el virus. Sólo transcurrido este período, si se mantiene el positivo, se comprueba que los niños están definitivamente infectados con el virus del SIDA.

Debbie y Joan cuentan con una larga experiencia en el campo de la ayuda a marginados y pertenecen a una organización llamada Terrific (Temporary Emergency Residential Resource Institute for Families in Crisis), que se dedica a solucionar los problemas de las familias sin vivienda. "Consideramos familia a cualquier grupo de personas que esté experimentando algún tipo de crisis", explica Debbie. Terrific busca viviendas para familias rotas, ancianos, minusválidos y otro tipo de marginados de la sociedad. "Ahora" indica, "son los enfermos de SIDA y la discriminación que se asocia con este enfermedad. Por esa razón, nuestros niños pueden ser considerados como la nueva población sin vivienda. Son niños que han sido abandonados en hospitales y a quienes les proporcionamos cobijo y amor sin que importe cuál sea su estado de salud".

Abandonados

Sólo en la capital federal norteamericana hay aproximadamente 200 niños afectados de una u otra manera por el virus del SIDA. En su mayoría han sido abandonados en hospitales. "Algunos de estos niños han pasado muchos meses en hospitales", explica Debbie, "lo que significa que han sufrido una serie de condicionamientos que han supuesto un retraso en su desarrollo. Los niños que nacen infectados por el virus del SIDA tienen por lo general un tamaño más pequeño que los de su edad cronológica; asimismo, aprenden a gatear y andar mucho más lentamente que otros niños. Todas sus capacidades motoras son menores y están más expuestos a enfermedades. En la actualidad ninguno de los cuatro niños de Grandma's House -tres niñas y un niño de un año de edad- ha desarrollado plenamente la enfermedad, si bien algunos tienen mejor salud que otros".La cuestión del posible contagio no parece preocupar demasiado a las trabajadoras de esta casa. Preocupa más el posible contagio de microbios entre. los niños, debido a que carecen de defensas, y es necesario aislarlos entre ellos cuando uno cae enfermo. Sólo cuando hay que cambiarles los pañales o realizar operaciones en las que exista alguna posibilidad de que se produzca sangre las cuidadoras utilizan guantes; por lo demás, los niños son tratados como cualquier otro niño.

Sin embargo, dada la magnitud del problema, Grandma's House es una aventura reciente y sólo cuenta en la actualidad con una casa y su capacidad es para cuatro niños. "La razón es que nosotros no queremos sacar a un niño de un ambiente como el de un hospital para ponerlo en otro lugar similar", razona Joan, "ya que lo que queremos conseguir es proporcionar a los niños una casa que sea lo más cercano a una casa normal, y cuatro niños por casa es el máximo para que se mantenga el ambiente de una casa normal".

Pero a pesar de que se intenta que el lugar tenga la apariencia de una casa normal, Joan admite que el lugar está preparado para cualquier emergencia médica. "Cada niño es inspeccionado por un médico tres veces por semana. Si un niño tiene fiebre o coge un resfriado, no se puede esperar a ver qué sucede. Una de las cosas que hacen a estos niños especiales es que exigen una respuesta inmediata a cualquier enfermedad por pequeña que parezca. No se puede esperar al día siguiente, hay que actuar de inmediato. Tiene que ser visto inmediatamente por un médico".

Si pasados los primeros 15 meses el niño mantiene los anticuerpos -lo que significa que es portador del virus y puede transmitirlo, además de llegar a desarrollar la enfermedad-, Grandma's House seguirá cuidándole en tanto no aparezca otra posibilidad que suponga condiciones mejores a las que ofrece la institución, pero si esto no ocurre "estamos preparados para seguir con el niño todo el tiempo que sea necesario. En el momento en que al niño se le diagnostique que ha desarrollado plenamente la enfermedad, estamos preparados para cuidarlo hasta su muerte. Estamos preparados para afrontar la muerte, ya que ésta es una realidad que debemos tener en cuenta", concluye Debbie.

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