La oposición chilena insiste en negociar con el Ejercito

La oposición chilena intentará abrir negociaciones con los comandantes en jefe de las fuerzas armadas para iniciar una transición a la democracia, a pesar de que el Gobierno ha cerrado las puertas a un entendimiento con el Comando del No. Mientras tanto, la confusión predomina en las filas de una derecha cuyas divisiones y recriminaciones internas se acentuaron después de la derrota en las urnas del general Pinochet.

El portavoz del Comando del No y presidente democristiano, Patricio Aylwin, hizo ayer un llamamiento a los militares a tener una actitud "reflexiva, realista y abierta". Agregó que sobre las fuerzas armadas caerá la responsabilidad "de optar por el enfrentamiento y no por el entendimiento" si se niegan a negociar. La oposición afrontará unida el proceso de transición y designará un candidato único para la próxima elección presidencial.Según Aylwin, tendrá que transcurrir "un cierto período de decantación entre quienes no pensaron jamás, en su soberbia, ser derrotados, para que se adapten y reconozcan las consecuencias".

El dirigente democristiano planteó la posibilidad de que elpueblo se movilice pacíficamente para ejercer su voluntad, si el régimen se cierra a toda posibilidad de negociación.

Los líderes opositores han celebrado numerosas reuniones esta semana para elaborar una propuesta de negociación con los militares.

Según el presidente del Comando Socialista por el No, Luis Maira, las demandas de la oposición contienen dos aspectos: primero, reformas a la Constitución para flexibilizar los mecanismos de modificación constitucional, elección de un Congreso con facultades constituyentes, término de la proscripción ideológica a los partidos de la izquierda y cambios en la composición del Consejo de Seguridad Nacional, para que tenga una mayoría de civiles. En segundo término, los opositores pedirán que se abrevie el período de 15 meses en que Pinochet está previsto que siga gobernando, a pesar de su derrota electoral.

Para Maira, "parece del todo razonable que se evite una prolongación del actual estado de cosas. Desafortunadamente, y como lo advertimos, se llegó a un Gobierno de minoría con un presidente derrotado".

Sin embargo, el Gobierno ha ,cerrado filas para defender los plazos previstos en la Constitución. El ministro secretario general de Gobierno, Orlando Poblete, manifestó: "No cabe esperar el establecimiento inmediato, ni en los próximos meses, de negociaciones de ningún tipo, porque hay un itinerario constitucional muy claro".Según versiones de prensa, Pinochet planteó en una reciente reunión del Gabinete que "si los políticos desean hablar con las fuerzas armadas, yo soy el generalísimo de las fuerzas armadas y el comandante en jefe del Ejército". Pero la voluntad de Pinochet y sus asesores se encuentra hoy ante una derecha que ya no es incondicional.

El general Fernando Matthei, miembro de la Junta, no se negó, en cambio, a una negociación para reformar la Constitución, aunque sostuvo que ésta "debe hacerse con el Gobierno porque las fuerzas armadas no son cuerpos deliberantes".

Por su parte, el presidente de la oficialista Confederación General de Trabajadores (CGT), Manuel Contreras, ha manifestado que el 9,0%. de los alcaldes -todos son designados por el régimen- debe renunciar "por no saber llevar la campaña" y engañar al presidente, al asegurarle que ganaría el referéndum.