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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Alarde tragicómico

Antonio Giménez-Rico demuestra en Soldadito español, una vez más, su interés por los cambios de actitud de sus protagonistas ante determinadas y asumidas normas sociales que reflejan la época en que la acción tiene lugar.

En esta ocasión el guión, de Rafael Azcona y del propio Giménez-Rico, cuenta el conflicto planteado por un joven, carente del espíritu militar de su familia, que se niega a cumplir el servicio militar.

La película, tratada en clave de tragicomedia, es, en cierto sentido, un intento de recuperar la tradición de dicho género en nuestra cinematografía, cuyo modelo se encuentra en la obra de Luis García Berlanga. La presencia de Rafael Azcona como autor del guión, que comparte con Giménez-Rico, enlaza con dicho ejemplo, aunque el realizador cuida de mantener supropia personalidad y huir de la copia.

Soldadito español

Cuatro toros, de aceptable presentación, y dos novillos, terciados, de Ramón Sánchez, de juego desigual. Curro Romero. silencio y ovación con saludos. Rafael de Paula: pititos y silencio. Domingo Valderrama: vuelta y ovación. Plaza de la Real Maestranza, 12 de octubre. Corrida mixta a beneficio de la Cruz Roja.

Dirección: Antonio Giménez-Rico

FotografÍa: Federico Ribes. Música: Carmelo A. Berriaola.

Guión: Rafael Azcona y Antonio Giménez Rico

Intérpretes: Francisco Bas, Maribel Verdú, Juan Luis Galiardo, María Garralón, Luis Escobar, María Luisa San José, Félix Rotaeta, Amparo Baró, José Luis López Vázquez.

Producción: José María Calleja

Cines: Palacio de la Música, Carlos III, Aluche.

Planteada como una comedia coral, hasta que su brusca pirueta final deja lugar a la tragedia, una galería de personajes bien definidos hacen creíble y cercana la historia. La narración supera con acierto la dificultad de incidir en una comicidad fácil, y transcurre sin desviarse del desarrollo que conduce al valiente desenlace elegido. El final es duro y cruel. Sus últimas consecuencias potencian la intensidad de la anécdota argumental de partida.

El amplio reparto, colabora a la solidez de la realización, y en él, Francisco Bas, el joven protagonista debutante, cumple con dignidad su cometido, donde también destacan la presencia de Maribel Verdú, que supera anteriores actuaciones, y la mirada y el gesto de Juan Luis Galiardo, bien secundados por los demás actores.

Soldadito español destaca por su personalidad entre la filmografía de Antonio Giménez-Rico, que hace aquí gala de notable pulso cinematográfico y logra, con la estimable colaboración de Rafael Azcona, recuperar la validez de la tragicomedia para el cine.

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