La vigilancia del cáncer de mama
Nueva prueba experimental para saber si se va a reproducir o no el tumor
Investigadores británicos y norteamericanos están experimentando lo que esperan sea el primer pronóstico fiable de los cánceres de mama que van a reproducirse o extenderse. Si las pruebas de laboratorio demostraran ser fiables en los próximos años, serían de gran ayuda para resolver un problema crítico en el tratamiento de miles de los millones de mujeres que cada año tienen cáncer de mama: decidir quién necesita quimioterapia o tratamiento hormonal para impedir la reproducción y quién puede ahorrarse las incomodidades y riesgos del tratamiento.
Un pronóstico se basa general mente en la presencia de cáncer en los ganglios linfáticos cercanos y en determinadas características de las células cancerosas. Muchas mujeres con cáncer de mama no necesitan el tratamiento adicional, pero los médicos no saben distinguir quién lo necesita y quién no.Hace unos meses, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos recomendó a los médicos que consideraran la posibilidad de prescribir quimioterapia o tratamiento hormonal después de la cirugía incluso en aquellas mujeres en que no se hubiera extendido el cáncer.
Esta recomendación se basa en estudios no publicados que demuestran que a muchas de estas mujeres se les había reproducido el cáncer, cosa que podía haberse evitado mediante un tratamiento de quimioterapia.
Alto porcentaje
Con esta nueva técnica en experimentación, científicos en Londres y en Nueva York que trabajan por separado han descubierto una prueba que les permite identificar células cancerosas, incluso en pequeñísima cantidad, que se han extendido a la médula ósea. Los médicos no saben con seguridad si la presencia de células cancerosas en la médula ósea significa que el cáncer de mama se reproducirá en todos los casos. Según un informe publicado en el número de mayo del American Journal of Surgical Pathology, investigadores del Memorial Sloan-Kettering de Nueva York, centro para el estudio del cáncer, hallaron células cancerosas en la médula ósea de 18 de cada 51 mujeres con cáncer de mama, es decir, un 35% en un grupo de mujeres cuyas células cancerosas no podían ser localizadas en la médula mediante los análisis convencionales.Gracias a esta nueva prueba, los investigadores también encontraron células cancerosas en la médula de 6 de cada 22 mujeres, es decir, un 27%, en mujeres sin señales de que el cáncer se hubiera extendido a los nudos linfáticos. En cambio, hallaron células cancerosas en la médula de 12 de cada 29 mujeres, es decir, un 41%, en mujeres cuyo cáncer se había extendido a los nudos linfáticos.
Antes de esto, el equipo británico había informado que se daba un mayor número de recaídas en aquellos casos en que la prueba había descubierto células malignas en la médula en comparación con las mujeres sin células cancerosas en la médula ósea. Pero como la enfermedad puede reproducirse muchos años después, la información clave de ambos estudios no estará disponible hasta dentro de varios años.
Los estudios se están realizando sobre una muestra de centenares de mujeres. Si la correlación demuestra ser válida, los investigadores esperan ser capaces de determinar el tratamiento más eficaz para el cáncer de mama desde el momento en que se diagnostica en mujeres con alto riesgo de propagación.
El doctor Michael P. Osborne, miembro del equipo investigador del Memorial Sloan-Kettering, dijo en una entrevista que a largo plazo se espera modificar la prueba para establecer el mejor tratamiento de otros tipos de cáncer.
Actualmente las pruebas no se están utilizando para evaluar la eficacia de ningún tratamiento, sino solamente para determinar cómo se correlacionan los resultados con la evolución del cáncer de mama.
Los experimentos combinan el diagnóstico normal mediante biopsia de médula ósea con la nueva prueba de laboratorio. Para realizar la biopsia de mama a la paciente se aplica anestesia general y se examinan en el microscopio las células extraídas de la médula ósea.
Pruebas inmunológicas
La nueva prueba se basa en reacciones químicas e inmunológicas para descubrir células cancerosas que se originan en la mama y se extienden a la médula ósea. El procedimiento de la médula ósea se emplea porque es de fácil realización y porque el cáncer de mama se suele extender al hueso.Los análisis británicos y americanos difieren en la manera en que se realizan y reflejan las distintas fases en que se hallan.
La investigación comenzó en el Ludwig Institute for Cancer Research del Royal Marsden Hospital de Londres, y se encuentra en un estado más avanzado. Los científicos descubrieron en las muestras de médula un tipo de sustancia en la superficie de las células epiteliales que incluía células de órganos glandulares como la mama.
En una aplicación diferente del mismo principio, los investigadores de Nueva York realizan análisis de otras tres sustancias. Dos se encuentran en la superficie y la tercera en la estructura interna de las células epiteliales.
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