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UNA DICTADURA EN LA ENCRUCIJADA

La nefasta propaganda del 'sí'

Después de 27 días de emisión, concluyó el pasado sábado en Chile la llamada Franja de propaganda electoral, que permitió a la oposición, por primera vez después de 15 años y durante un cuarto de hora diario, expresar libremente, en televisión y en todo el territorio nacional, sus acusaciones contra la dictadura del general Augusto Pinochet.La propaganda del sí consiguió indignar hasta a los mismos partidarios de Pinochet. El sábado, último día de emisión, como guinda final, la película de propaganda del presentó un fragmento de una entrevista con Pinochet en la que imagen y sonido marcharon un rato desincronizados. Si Pinochet pierde el plebiscito el próximo miércoles, la propaganda habrá contribuido mucho a la derrota.

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La campaña del no ha sabido ofrecer de forma atractiva los éxitos económicos conseguidos por la dictadura y se cerró a la defensiva, obsesionada en replicar a la propaganda del no y en desprestigiar a las personas que intervinieron en ella.

Los propagandistas del no ahorraron ni una sola vileza a la hora de desprestigiar, calumniar o manipular. Apareció en un anuncio del sí la viuda de un militar con su hija y habló del cuerpo destrozado de su marido. Todos los telespectadores pensaron, por el contexto de la película, que se trataba de la víctima de un atentado terrorista. En realidad, el militar murió en un accidente.

El argumento básico de la propaganda del fue evocar el peligro del terrorismo y la vuelta a los desastres de la Unidad Popular que, según sondeos serios, es el Gobierno peor valorado por la opinión pública chilena, incluso por debajo de la dictadura actual.

La propaganda del tuvo además el problema de no saber qué hacer con un candidato difícilmente vendible en televisión. Primero se escondió a Pinochet y al final apareció en exceso y con una presentación que rozaba el ridículo.

La propaganda del no mantuvo una línea coherente durante 27 días, centrada en el mensaje de la canción La alegría ya viene. El no ofreció una propaganda positiva, vacía de contenidos programáticos, pero con golpes de efecto. No polemizaron y se presentaron con una imagen amable y un aire juvenil.

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