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El peso del gasto público en la economía baja desde 1986, según Hacienda

El peso del gasto público sobre la economía, creciente desde principios de los años setenta, se ha reducido por primera vez en los dos últimos ejercicios tras alcanzar casi el 42% del producto interior bruto (PIB), según un informe oficial publicado ayer. La mitad de esta disminución, equivalente a 80 céntimos por cada 100 pesetas generadas cada año por la actividad productiva, se debe al retroceso de las prestaciones sociales. En cambio, la presión fiscal muestra una de las mayores tasas de aumento europeas. Hacienda considera que así debe seguir porque la nueva política de infraestructuras y servicios ha de volver a situar el gasto público en 42 o 43 pesetas por cada 100 producidas, al tiempo que se reduce el déficit público.

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El informe Actuación económica y financiera de las administraciones públicas en 1987, elaborado por la Intervención General del Estado y que es el texto más global y exhaustivo que ha publicado hasta ahora Hacienda, revela que en 1986 el gasto público bajó 0,4 puntos del PIB y en 1987 ha sucedido otra vez lo mismo. Los datos y estimaciones discrepan de los ofrecidos hace varios meses por el Banco de España en su informe anual de 1987, que muestran para los tres últimos años un estancamiento del gasto público en torno a 42,5 de cada 100 pesetas de valor añadido aportado por la economía.Al presentar ayer su libro, cuando sólo falta un día para que el Gobierno envíe a las Cortes un proyecto de ley de Presupuestos para 1989 que eleva los ingresos casi el 20% sobre los estimados inicialmente para 1988, la plana mayor de Hacienda indicó que sus datos son más recientes y que al final los del Banco de España acabarán confluyendo con ellos. "El gasto público", resumió el secretario de Estado de Hacienda, .José Borrell, se ha recudido un punto de PIB en tres años y, como mínimo, podemos afirmar que ha entrado en una fase de estabilización".

Según Borrell, el despeque económico de los últimos años no ha sido independiente ni ajeno al proceso de saneamiento previo del sector público, política que califico de "perfectamente progresista". No obstante, añadió que, en los escenarios macroeconómicos y presupuestarios que el Gobierno, enviará al Parlamento junto con los Presupuestos de 1989, se prevé una elevación del gasto hasta el 42% o 43% del PIB. "Por encima del 43%", dijo, "pondríamos en peligro los mecanismos de generación de actividad privada".

Inversiones

Se refería con ello a que buena parte del aumento de gasto en los próximos años irá destinada a aumentar la inversión pública para mejorar las infraestructuras que potencien la productividad y la rentabilidad de las inversiones privadas.Este esfuerzo, según dijo Borrell, fue realizado hace 20 años por los principales países europeos, que desde 1981 han estabilizado el peso de sus administraciones públicas en caso el 50 de cada 100 pesetas producidas.

El libro de Hacienda indica que, desde 1982, los gastos no financieros de las administraciones públicas, resumidos en el cuadro adjunto, se ha elevado en 3,7 puntos de PIB (3,7 de cada 100 pesetas generadas por la actividad económica). El aumento ha coincidiendo con un proceso de descentralización hacia las corporaciones locales y las comunidades autónomas que afectó más de un cuarto del gasto.

Entre tanto, la presión fiscal, medida por el peso de los ingresos fiscales sobre el PIB, ha crecido en 5,8 de cada 100 pesetas producidas, hasta situarse en el 33,62% a finales de 1987. Tal incremento ha sido uno de los mayores registrados en Europa, donde la República Federal de Alemania y el Reino Unido han reducido su presión fiscal durante el mismo período en un punto.

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