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Francia invierte 20.000 millones en su patrimonio

Tras el arte contemporáneo, Jack Lang apuesta por la tradición

Lluís Bassets

Francia posee más de 37.000 edificios y construcciones protegidos como monumentos históricos y 160.000 objetos muebles clasificados por su valor artístico. Anualmenle, siete millones de personas visitan los 92 grandes monumentos propiedad del Estado, mención aparte de las catedrales. Siete mil edificios clasificados, muchos de los cuales están ocultos para los visitantes durante todo el año, permanecerán abiertos gratuitamente a los visitantes hoy domingo en la quinta jornada de puertas abiertas que organiza el Ministerio de Cultura, que destinará 20.000 millones de pesetas para su reforma y mantenimiento.

El titular del Ministerio de Cultu ra, el socialista Jack Lang, que se labró una merecida fama de ministro vanguardista en su anterior paso por el Gobierno, ha querido ahora aprovechar la jornada para lanzar una gran campaña de inversiones y de protección del patrimonio histórico como símbolo de la nueva gestión cultural del socialismo de apertura, especialmente satisfactoria para la Francia profunda y conservadora, enamorada de sus catedrales, sus castillos y caserones y sus paisajes medievales. La primera acción pública de Jack Lang ha sido la celebración, a principios de septiembre, de una solemne conferencia de prensa en el castillo de Chambord, uno de los grandes tesoros arquitectónicos franceses, que tiene la particularidad nada desdeñable de hallarse en la circunscripción electoral del ministro de Cultura. Ante la Prensa francesa e internacional, y ante los políticos locales, Lang anunció el es fuerzo económico descomunal que realizará el Estado en favor del patrimonio. La restauración y mantenimiento se llevarán, en 1989, 1.000 millones de francos (20.000 millones de pesetas), con un crecimiento del 21% en relación a 1988. La arqueología y la etnología veran aumentar sus presupuestos en un 50%. La ley de sucesiones convertirá en exentos de derechos reales los monumentos históricos de propiedad privada que firmen convenios de apertura al público, que quedarán también excluidos de pago en el nuevo impuesto sobre las grandes fortunas. La propia ley-programa sobre el patrimonio, elaborada y aprobada por el Gobierno conservador de 1986-19818, será potenciada por Lang, que no duda en afirmar que los tesoros históricos y artísticos deben reunir "un gran impulso nacional, con todas las opiniones filosóficas mezcladas".Pero el ministro socialista no desea que su antecesor, François Lyotard, se lleve ninguna palma de su gestión sobre el patrimonio. La jornada de hoy, destinada a fomentar el aprecio de los franceses por sus riquezas artísticas, fue creada en 1984, "a iniciativa rnía", gusta de subrayar. La propia gestión de Lyotard, en la que se primaron la danza y las catedrales antes que el cine, la música joven o la pintura contemporánea, aparece así difuminada en el conjunto de los dos septenios de François Mitterrand como presidente. En este periodo, señala Lang, las inversiones han pasado de 600 millones a 1.000 millones de francos (de 12.000 millones a 20.000 millones de pesetas). El ministro socialista devuelve así las críticas de los conservadores a su primera gestión -hasta 1986-, cuando le acusaron de abandonar las catedrales en la ruina para favorecer sólo las extravagancias del arte contemporáneo.

El juvenil ministro de Cultura, con sus camisas rosadas y sus de corbatas floreadas, reivindica, sin embargo, las medidas que produjeron mayor escándalo y parece estar seguro de obtener la síntesis ideal entre pasado y presente, tradición y vanguardia.

Gestión socialista

El afán conservacionista francés aumentará con la nueva gestión cultural socialista. Lang ha prometido que salvará de la piqueta al restaurante Fouquets, emplazado en los Campos Elíseos, ("nuestra avenida nacional", según el ministro). Ha declarado monumento protegido un mercado de Reims, construido en una sola pieza de cemento armado en 1927, sustrayéndolo a los proyectos destructores del alcalde conservador. En su despacho se preparan dos leyes para controlar el uso de los detectores de metales, cuya utilización libre desespera a los arqueólogos, y para proteger, la arqueología submarina, especialmente esquilmada en los meses de verano.

Lang ha anunciado también una ampliación del concepto de patrimonio. El ministro desea que los patrimonios agrícola, balneario e industrial reciban un tratamiento similar al patrimonio histórico, y está fraguando el nombramiento de un responsable del patrimonio palsajístico. Lo que los franceses llaman "lugares de memoria", es decir, edificios, rincones o paisajes vinculados a la memoria de un artista o de un político, serán objeto de inventario Y de un plan de protección. El bicentenario de la Revolución Francesa, el próximo año, hará entrar en estas clasificaciones a varios centenares de edificios y lugares.

La nueva orientación de Jack Lang parece responder a la frase de Ernest Hemingway calificando a Francia de "enorme museo a cielo abierto".

La cúpula dorada

La ciudad de París, sala central del museo llamado Francia, no ha dejado de estar en obras desde que François Mitterrand es presidente de la República. Su paso por la cumbre del Estado está dejando una profunda huella arquitectónica y monumental, marcada por la osadía y la brillantez de la creación contemporánea, con el enorme cubo de La Défense, la pirámide del Louvire, la ópera de la Bastilla y el parque de La Villette. Su ministro de Cultura quiere ahora que esta huella se dirija también hacia el pasado, y para ello ha encontrado todo el apoyo del presidente, que le ha ayudado a pellizcar importantes sumas de dinero de los presupuestos e incluso de otros ministerios.Dos obras monumentales simbolizarán muy próximamente la preocupación de Mitterrand por el pasado. Se trata del acondicionamiento del viejo edificio del Louvre, ocupado hasta ahora por el Ministerio de Economía, que costará 130 millones de francos (2.600 millones de pesetas), y de la recuperación del color dorado de la cúpula de la iglesia de los Inválidos, que costará 44 millones (880 millones de pesetas).

Tejados legendarios

Los legendarios y cinematográficos tejados de París se enriquecerán así con dos aportaciones extraordinarias. Con la recuperación del Louvre, París recuperará plenamente remozados los tejados más importante de la capital. Con la iglesia de San Luis de los Inválidos introducirá una nota exótica, gracias a los finos panes de oro que recubrirán su cúpula y crearán una nueva sensación y una nueva luz en el paisaje de la capital francesa.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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