45 niños gitanos no pueden ir al colegio hasta que prueben su buena salud

Los 45 niños gitanos del campamento del río Sec matriculados por vez primera en los colegios de Ripollet (Barcelona) no podrán iniciar el curso hasta que demuestren fehacientemente su perfecto estado de salud.Ángel Matarín, concejal de gobernación del Ayuntamiento de Ripollet, declaró ayer: "Exijo que cada escolar presente su certificado médico y el de vacunaciones, antes de que se le permita asistir a clase". Cuando los niños se preinscribieron, las autoridades locales se mostraron contrarias a la escolarización de los gitanos del campamento, alegando que no estaban censados en la localidad. La postura suscitó una amplia polémica, que concluyó al aceptarse la inscripción.

El concejal considera lógica su demanda, "ya que eso se reclama de cualquier otro niño", y basa su exigencia ante la posibilidad de que alguno de los pequeños gitanos pueda transmitir cualquier enfermedad.

Matarín mostró ayer un informe que el jefe local de sanidad, doctor José María Osuna, redactó en 1986. "El documento es absolutamente vigente", aseguró el edil. El informe señala que las condiciones higiénico-sanitarias del campamento son pésimas. Es habitual la presencia de ratas y de insectos. Todo ello según el doctor Osuna, "da lugar a altísimos índices de morbilidad y mortalidad", con un alto riesgo de brotes epidémicos peligrosos.

Matarín ha sido acusado de racista por la entidad nacional Presencia Gitana y por la Asociación Gitana de Sabadell.