Los gobernadores de los bancos centrales de América Latina, Filipinas, Portugal y España se reunirán en Madrid

Los gobernadores de los bancos centrales de América Latina, Filipinas, Portugal y España, se reunirán el próximo día 19 en Madrid para tratar de suscribir una postura común sobre el problema de la deuda externa de la zona, ante la asamblea general del Fondo Monetario Internacional (FMI), que se celebrará en Berlín una semana más tarde. Esta asamblea es considerada como de transición, a la espera de conocer los resultados de las elecciones de Estados Unidos de noviembre y, por tanto, de saber quién será el próximo interlocutor de los países deudores.

La reunión de los gobernadores de los bancos centrales de América Latina se celebra una vez al año; la última fue en Guatemala. En esta ocasión el anfitrión será Mariano Rubio, gobernador del Banco de España, quien ya conoció la organización de una de estas reuniones en Madrid siendo subgobernador de la entidad emisora. Habitualmente, el objetivo de las convocatorias suele ser homogeneizar posturas ante las asambleas anuales del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.

Una vez más, el problema de la deuda externa acaparará la máxima atención, ya que los créditos que los países latinoamericanos deben al exterior se aproximan peligrosamente al medio billón de dólares. La deuda externa del Tercer Mundo supera ampliamente el billón de dólares.

Fuentes cercanas a los organizadores de la reunión de Madrid -a la que previsiblemente asistirá en alguna de sus sesiones el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga- entienden que no está siquiera planteado el que de la misma surja un documento conjunto, sino una serie de tendencias renegociadoras de la deuda externa.

Caso a caso

España defenderá la metodología de negociar los problemas caso por caso, en el entendido de que los países latinoamericanos aplican esfuerzos y políticas económicas muy distintas para salir de la crisis. Otro de los principios es el de que los países que sigan políticas de ajuste ortodoxas, con apertura de sus economías y prioridades en la reducción de la inflación y déficit público, son los que deben recibir ayudas para un crecimiento sostenido. Estas ayudas deberán ser protagonizadas preferentemente por los organismos internacionales.España apuntó, en la pasada asamblea del FMI, un desplazamiento de la posición occidental de negociación caso por caso. Carlos Solchaga sugirió la posibilidad de condonación parcial de la deuda del Tercer Mundo, pero sólo en el grupo de países más pobres. Luego, España anunció un acuerdo con Bolivia de reducción del stock de deuda.

Los expertos opinan que de esta asamblea del FMI no saldrán novedades importantes, sino que se trata de una cumbre de transición. El principal socio del FMI, Estados Unidos, está inmerso en unas elecciones que determinarán el nuevo interlocutor de los países endeudados y la nueva política sobre la deuda.