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CIENCIA

Investigación de nuevos métodos para administrar medicamentos

Diminutas cápsulas biodegradables que pueden ser incrustadas en los brazos o los muslos de las mujeres y que suministran automáticamente hormonas contraceptivas durante un año; discos de plástico autodisolventes que se implantan en el cerebro y desprenden un fármaco para destruir el tumor de los enfermos de cáncer; diabéticos que se autosuministran insulina con un pulverizador nasal, son algunos resultados, todavía en fase experimental, de investigaciones llevadas a cabo en Estados Unidos para descubrir nuevos métodos de administración de medicamentos.Los sistemas de suministro controlado aparecieron por primera vez en la década de los 50 con la introducción de las diminutas cápsulas de liberación lenta y siguieron con los pequeños parches adhesivo s que se aplican sobre la piel, y que sumnistran pequeñas dosis de medicamento.

La utilización de polímeros, ya conocida, para transportar moléculas pequeñas como la nitroglicerina con la que se tratan los enfermos del corazón, ha resultado ineficaz en sustancias como la insulina o las hormonas de crecimiento, que contienen moléculas de un tamaño superior. Sin embargo, ahora los investigadores han logrado cambios en los polímeros que hacen que sirvan de medio de transporte a la insulina por medio de inyecciones. Se combinan con enzimas sensibles a la glucosa, de forma que cuanto más azucar haya en la sangre más insulina se libera de forma automática.

Pulverizador para diabéticos

En California, una empresa de biotecnología ha descubierto un pulverizador nasal para diabéticos que utiliza determinadas moléculas para proteger y transportar insulina a través de las mucosas nasales a la sangre. Las pruebas han demostrado que una inhalación del pulverizador a la hora de la comida puede tener los mismos efectos que los que resultan en una persona sana del aumento del nivel de azúcar de la sangre. La compañía asegura que con este método se consiguen los resultados deseados en 15 minutos en vez de las dos ó tres horas necesarias para que las inyecciones hagan efecto.Otros sistemas tratan de su ministrar fármacos concretos a células concretas. Para conseguirlo, se rellenan unas microscópicas burbujas de grasa -llamadas liposomas- con un medicamento contra el cáncer y se aplican a unos anticuerpos que distinguen las células cancerosas de las células sanas.

Los investigadores han encontrado la manera de mantener los liposomas el tiempo suficiente en la sangre para que puedan llevar a término su cometido mediante una alteración de la composición química superficial de los mismos.

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