Botha advierte que nuevas sanciones bloquearían la solución de Namibia
El presidente de SuráfrIca, Pieter W. Botha, dijo ayer que las perspectivas para la independencia de Namibia podían verse torpedeadas por las nuevas sanciones norteamericanas, contempladas en el proyecto aprobado el jueves por la Cámara de Representantes de EE UU. La propuesta endure la postura norteamericana hacia al régimen racista de Petroria, con nuevas sanciones económicas, más severas, que las adoptadas hace dos años y que, de aplicarse tal como han sido diseñadas, supondrían el bloqueo prácticamente total del comercio de EE UU con Suráfrica.El proyecto de ley, aprobado por 244 votos a favor y 132 en contra, tiene que ser considerado posteriormente por el Senado, donde se enfrentará con la oposición de algunos de sus miembros.
Según el acuerdo cuatripartito anunciado el pasado lunes por Suráfrica, Angola, Cuba y EE UU -país este que actuó como mediador- sobre el alto el fuego en el África austral, antes el 1 de noviembre próximo deberán empezar los preparativos para la independencia de Namibia, de acuerdo con la resolución 435 de la ONU. El acuerdo implica también la retirada de los más de 40.000 soldados cubanos acantonados en Angola y la retirada de las tropas surafricanas del sur de Angola antes del próximo 1 de septiembre.
El territorio de Namibia, en la costa suroeste de África, de 824.290 kilómetros cuadrados de extensión semidesértica, con una importante riqueza en minerales y una población de 1,2 millones de habitantes, está bajo control de Pretoria desde 1919, ocupación que desde 1966 está considerada ilegal por la ONU.
Incidencia económica
"Sería irónico que, por ejemplo, la resolución 435 llegara a un punto de implantación, pero que se viera obstruida o imposibilitada, como resultado de la legislación norteamericana", dijo el presidente surafricano, que añadió que las medidas sancionadoras restringirían las transacciones financieras necesarias para llevar adelante la resolución de independencia de Namibia.Pretoria tenía esperanzas de que el acuerdo sobre el conflicto bélico en la región reduciría las presiones norteamericanas a favor de endurecer las sanciones contra Suráfrica, que inciden gravemente en su economía, enfrentada a un serio desequilibrio en su balanza de pagos.
Por otro lado, Pretoria criticó ayer la expulsión por el Gobierno argentino del cónsul y otros tres ciudadanos surafricanos de Buenos Aires, por organizar un "seminario público" sin avisar de ello previamente a la cancillería. Argentina rompió sus relaciones diplomáticas con Suráfrica en 1984 y desde entonces solamente mantienen contactos consulares.
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