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Reportaje:

Dino Gavina: "Lo moderno es lo que llega a antiguo"

El industrial italiano exhibe sus productos en Barcelona

El palacio de la Virreina acoge desde hoy una muestra dedicada a los muebles y objetos de diseño promovidos por el industrial italiano Dino Gavina, uno de los grandes artífices de lo que fue conocido a partir de los años sesenta como el Italian Style. Creadores como Carlo y Tobia Scarpa, Lucio Fontana, Ignazio Gardella, Pier Giacomo Castiglioni y el maestro de la escuela Bauhaus Marcel Breuer (autor de dos piezas de ineludible referencia: las sillas Wassily y Cesca) colaboraron en los varios proyectos industriales promovidos por Gavina, que califica lo moderno como "aquello digno de transformarse en antiguo".

Dino Gavina se define como un promotor y su máxima aspiración es la de constituirse en "un pequeño ejemplo de cómo puede ser un industrial del futuro". Asegura que quien pretenda ser un buen arquitecto o diseñador ante todo debe ocuparse de literatura y sólo en un segundo momento del campo de las artes visuales. Más tarde se confiesa "un perfecto ignorante", que no lee jamás las revistas de arquitectura y que se mira el diario con una frecuencia no superior a una vez por mes.Las contradicciones parecen formar parte de este hombre estilizado, de mirada penetrante y aspecto general de pájaro. Dice que su único programa en la vida ha sido el "cambiar constantemente de programa", lo cual constituye ya toda una línea de actuación.

Su primera industria, creada en Bolonia a principios de los años 50, se dedicaba a la fabricación y venta directa de capotes para jeeps, y fue allí donde empezaron los primeros experimentos de cración de sillones modernos. En 1955 produce lo que considera la perla de la exposición barcelonesa: el caballete de carpintero, un objeto que, alejado de su ambiente natural (el taller) para pasar a formar parte de la vida cotidiana adquiere de repente nuevos usos, de ningún modo previstos por su anónimo creador. Los teóricos bautizaron este efecto con las palabras spaesamento (desplazamiento de ambiente) y appropriazione (apropiación). "El spaesamento se utilizaba ya en el campo de la literatura. Se trataba únicamente de aplicarlo al mundo de los objetos, experimentar por ahí. Por el solo hecho de sacar de su lugar habitual un caballete y colocarlo en la vida cotidiana empiezan a surgir nuevos usos nunca previstos anteriormente", señala Gavina.

Hacia finales de los 50, por consejo de su amigo Lucio Fontana, empieza a trabajar con arquitectos y diseñadores para producir en serie sus creaciones. "Mi primer contacto fue con Pier Giacomo Castiglioni, gran creador, y la prueba de que es grande es que nadie se acuerda de él, jamás". "En 1962 conocí en los Estados Unidos a Marcel Breuer, maestro de la escuela Bauhaus, y le propuse producir en serie, por primera vez, modelos creados cuarenta años atrás". De esta operación de rexhumación crítica nacieron el sillón Wassily -diseñado en 1925, producido en 1962 y así llamada porque la primera unidad fue cedida a Kandinski, quien la apreciaba en todo su valor- y la silla Cesca (1926-62).

La colaboración con Breuer planteó una nueva relación entre cultura e producción industrial, pronto imitada por muchos fabricantes. Para Gavina se abrió entonces la dificil dicotomía entre cantidad y calidad resuelta, en 1968 -año en que Gavina deja su antigua empresa para crear la Simon International-, con el llamado ultrarracionalismo: "Cuando empezaron a circular la Wassily y la Cesca todos los fabricantes se lanzaron a hacer estructuras de tubo. Era una imbecilidad absoluta, porque yo sólo pretendía mostrar cómo se puede trabajar con un nuevo material".

El ultraracionalismo, fundado en el movimiento neo-liberty, da por frutos muebles como Pigreco (Tobia Scarpia) o la silla Lierna (Pier Giacomo Castiglioni). Pero Gavina no se para ahí. Pocos años más tarde (1971) desde su empresa se impulsa el ultramueble, deseo de liberación del objeto de los límites impuestos por el racionalismo en concordancia con los impulsos del surrealismo.

Nuevo giro en 1973: el metamueble, auténtica revolución social en el mundo del diseño de muebles. "A partir del 68 se me había acusado de vender mis productos a la burguesía, pensando únicamente en sus necesidades. Pues bien, el metamueble representa el diseño que cada uno puede hacerse por sí mismo".

Firme oponente del movimiento posmoderno, Gavina opina que la única forma de entrar en la historia, hoy en día, es "a través de la producción en serie. Quien no cree en esta vía se excluye automáticamente de la historia".

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