La detención de Hammon conmociona el mercado de reproducciones de arte en París
El galerista ya había sido detenido en 1983
La detención de Gilbert Hammon ha conmocionado el mercado de reproducciones de arte en París hasta tal punto que, medio en broma, medio en serio, algunos distribuidores afirmaron ayer estar dispuestos a pagar lo que fuera a quien encontrara una litografía falsa de Salvador Dalí en la ciudad. Sin embargo, no es la primera vez que la policía interviene en el asunto. Incluso el propio Hammon ya había sido detenido en 1983, sin que por ello se paralizara el negocio.
Un conocido distribuidor y galerista de la capital francesa, viejo cliente de Hammon, así lo ha hecho notar. Aunque pide permanecer en el anonimato ya que teme "posibles y probables represalias", ha aceptado hablar para este periódico porque, asegura, está convencido de que las consecuencias de esta segunda intervención de la justicia francesa "será esta vez definitiva"." A estas alturas nadie puede autocalificarse de inocente", afirma el galerista. "Hemos sido avisados en diversas ocasiones y, sobre todo, hemos tenido la oportunidad de comprobar que determinados editores nos pasaban material de autenticidad más que dudosa".
El mismo distribuidor, que posee una pequeña, pero floreciente galería en una céntrica calle de París, cercana al lugar donde residió Dalí hace ya muchos años, ha explicado a EL PAÍS cómo se decidió a renunciar a esta "suculenta fuente de ingresos" que era para él "vender obra de reproducción manual o artesana (litografías, grabados, etcétera) falsa".
"Hace ya demasiado tiempo que continuaba la afluencia de láminas, a pesar de que otras personas nos aseguraban que Dalí, enfermo, no recibía a nadie y menos aun firmaba nuevos contratos autorizando la reproducción de su obra. Si Dalí no negociaba con estos editores, ¿cómo era posible que algunos de ellos continuaran reproduciendo láminas del artista? Pero, además, las pruebas de que el material no era legítimo las hemos encontrado examinando las reproducciones que nos entregaba Hammon. Cada vez eran más mediocres y, sobre todo, ya empezaba a repetir ejemplares; es decir, yo mismo puedo adquirir varias láminas con la misma numeración. Era grotesco".
Sociedad "inactiva"
La sociedad editora de Gilbert Hammon, ALT, se encuentra desde hace ya algunos años registrada en la Cámara de Comercio de Francia en calidad de empresa en sommeil, es decir, inactiva, pero no desaparecida. Por otra parte, Hammon tiene dos hijos que siguen en el negocio: uno, centrándose en la reproducción de láminas; otro distribuye Dalí y los vende a través de la galería."Hammon es un judío encantador y entrañable", asegura otro antiguo colaborador suyo, que también prefiere mantener en secreto su nombre en este su primer contacto con la Prensa, "y, como buen judío, siempre se ha preocupado por sacar adelante su clan familiar. Es hombre de pocas palabras, pero siempre da buenos consejos a quienes se o piden", añade. Esta misma persona que habla tan positivamente de la humanidad de Hammon pone en duda sus capacidades comerciales.
"Desde el momento en que se le detuvo por primera vez yo empecé a dudar de su labor como editor". Al tiempo que manifiesta su estima por Hammon como persona, el galerista se declara dispuesto a colaborar con la justicia. En su opinión, "es muy fácil descubrir la cadena de falsificaciones y aun más seguir la pista de Hammon. Basta con mirar el listín telefónico para darse cuenta de qué locales están a su disposición".
Hammon, según ha manifestado su ex cliente, es poco minucioso. "Sin duda hay otros editores que también reproducen obra de manera ilegal, pero la suministran a pequeñas dosis y más y mejor repartida por toda la geografía europea. Tienen más cuidado también a la hora de manejar sus ventas y procuran mezclar en sus lotes la obra falsa con otra auténtica. Hammon era incapaz de esa sutileza".
"Es casi imposible verificar las numeraciones de las láminas reproducidas", explica el distribuidor. "En cambio, hay datos sencillos que deberían poner sobre aviso al comprador. Por ejemplo, ¿cómo es posible encontrar todavía hoy, cuando Dalí ya no trabaja, litografías auténticas al mismo precio de años anteriores, cuando lo normal sería que su precio, dada la escasez de ejemplares en el mercado, resultase altísimo? Eso no se lo pregunta casi nadie".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.