100.000 jóvenes asistieron en París al concierto anual de SOS-Racismo
Senegal y Estados Unidos apoyaron simultáneamente el acto
Más de 100.000 jóvenes siguieron, en la noche del sábado al domingo, el concierto anual de SOS-Racismo, la organización juvenil antirracista francesa, que ofreció las actuaciones de casi un centenar de grupos y cantantes en la explanada del castillo de Vincennes, en las afueras de París. El acto estuvo apoyado con conciertos simultáneos desde Senegal y Estados Unidos.
Por primera vez desde 1985, año del primer gran concierto de SOS-Racismo, la fiesta de los potes (los colegas, en lenguaje juvenil) adquirió una dimensión internacional con la celebración simultánea de dos conciertos más, en el estadio Demba Diop, de Dakar (Senegal), donde se reunieron unas 40.000 personas, y en el teatro Apollo de Harlem (Nueva York), conectados los tres en directo vía satélite.SOS-Racismo, cuyo prestigio empezó en el primer concierto contra el racismo de la plaza de la Concordia en 1985, bajo el lema "Touche pas a mon pote" ("No molestéis a mi amigo o colega"), dedicó una especial atención esta vez a la lucha contra el apartheid. La presencia mayoritaria de grupos de cantantes negros y la incorporación de los jóvenes senegaleses y norteamericanos quiere ser el punto de arranque, según los dirigentes de la asociación, de la internacionalización de este movimiento antirracista. Su dirigente, Harlem Désir, habló desde Dakar a los asistentes a los tres conciertos simultáneos, llamando a terminar con el sistema de discriminación racial en Suráfrica. El vicepresidente de SOS-Racismo, Malek Bouthi, leyó un mensaje del presidente de la República, François Mitterrand. "Estáis juntos esta noche", decía Mitterrand, "porque queda todavía mucho que hacer en el combate por la igualdad, la libertad y la fraternidad".
Culturas
En el mensaje de Mitterrand se hacía alusión al 200º aniversario de la Revolución Francesa y de la Declaración de los Derechos del Hombre y se terminaba diciendo: "La música se nutre de todas las culturas, de todos los sabores, de todos los colores. Los conciertos organizados en simultáneo esta noche son una lengua universal que dice, mejor que los discursos, que la fraternidad de los hombres es posible".El cantante surafricano Johnny Clegg y su grupo los Savuka abrieron el festival en Vincennes con su canción en homenaje a Nelson Mandela. La sorpresa de la noche fue la inesperada participación de Bruce Springsteen. Otras estrellas de la canción especialmente aplaudidas fueron Cheb Kader, nueva estrella del rai, la música joven del Magreb, en alza constante en Francia; Ziggy Marley, hijo y calco en voz y en rostro del rey del reggae; la cantante francesa Barbara, que cantó Göttingen, la melodía preferida de Mitterrand; el guineano Mory Kanté; los grupos Indochine y Les Communards, la martiniquesa Marie José Alie, y Joan Baez, que cerró el concierto ya muy avanzada la madrugada, cerca de las siete, casi 12 horas después del inicio del concierto.
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