Denunciar o callar
J. Y. Más de 16.000 denuncias por malos tratos a mujeres por parte de sus esposos se tramitaron en las comisarías españolas durante 1987, según explicó Carlota Bustelo, directora del Instituto de la Mujer ante la Comisión de Derechos Humanos del Senado.
Sin embargo, a pesar de estos datos, la mayoría de las mujeres calla o no denuncia la agresión, que en un importante número de casos va acompañada de agresiones a los hijos de la pareja. Las denuncias, según los expertos no son más que el cinco por ciento de los casos. Las mujeres no se atreven a denunciar la brutalidad de sus maridos, fundamentalmente por miedo a las seguras represalias, otras, por vergúenza a airear ante extraños su fracaso en la relación más importante de su vida, y otras, por desconocimiento de sus derechos.
Si eso ocurre con las mujeres, con los menores, el caso es todavía más flagrante. Los malos tratos a niños por parte de sus padres entran en el ámbito de la privacidad más absoluta y sólo cuando las lesiones suponen el ingreso hospitalario, los médicos denuncian los casos y pueden ser perseguidos.
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