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España y Estados Unidos discrepan sobre la gravedad de los escollos para la negociación del tratado bilateral

España y Estados Unidos discrepan públicamente en torno a la marcha de las negociaciones sobre el convenio de amistad y cooperación entre los dos países y sobre la fecha en la que podrá ser firmado. Mientras fuentes norteamericanas se muestran optimistas, aseguran que "no hay ya escollos" y que la firma se puede hacer "en dos o tres semanas", la parte española es más cauta y advierte, como hizo ayer Francisco Fernández Ordóñez, que "los problemas menores se endurecen y llegan a ser mayores", y confía en que "ojalá" la firma tenga lugar "antes de las vacaciones parlamentarias".

En cualquier caso, ambas partes coinciden en que la negociación no quedará concluida durante la estancia en Madrid del secretario de Estado norteamericano, George Shultz, que llegó a primera hora de la tarde de ayer a España, procedente del Cairo y tras una fracasada gira en busca de la paz en Oriente Medio.El secretario de Estado norteamericano fue recibido en el aeropuerto de Barajas por su colega español, el ministro de Asuntos Exteriores Francisco Fernández Ordóñez, y rehusó mantener cualquier contacto con la prensa española. Las medidas de seguridad impuestas por la parte americana fueron tales que incluso provocaron algún conato de fricción con la policía española, al exigir el embajador estadounidense, aparentemente por deseo expreso de Shultz, un segundo cacheo a los periodistas, que ya habían sido controlados antes por los agentes de seguridad españoles, y que apenas pudieron fotografiar de lejos al secretario de Estado.

Las conversaciones políticas de George Shultz no comenzarán hasta hoy. Ayer el secretario de Estado norteamericano se dedicó a descansar y pudo ser visto en el hall del hotel donde se aloja rigurosamente uniformado para jugar al tenis. Shultz se entrevistará con el ministro Fernández Ordóñez a primera hora de la tarde y, posteriormente, será recibido por el presidente del Gobierno, Felipe González, y por el Rey.

Retraso

Fernández Ordóñez admitió ayer que buena parte del tiempo de su encuentro con Shultz que será no más de una hora estará dedicada a analizar la marcha de las negociaciones para el convenio de cooperación entre los dos países, que sufre ya un retraso de tres semanas, al haber expirado oficialmente el convenio anterior el pasado 14 de mayo. Otras fuentes diplomáticas señalaron que "siguen siendo cuestiones económicas de detalle" las que retrasan la buena marcha de unas negociaciones que, inicialmente, se presentaron por am bas partes como carentes de dificultades y de fácil tramitación.

Ninguna de ambas partes especifica en qué consisten los escollos para la negociación, si bien se ha sabido que cuestiones como el estatuto de los trabajadores en las bases norteamericanas constituyen una de las principales divergencias. Un miembro de la delegación negociadora española resumió la situación diciendo que "en general son temas de delimitación de soberanía", aunque siempre de carácter menor, los que oponen a ambas partes.

Fernández Ordóñez dijo ayer "que España quiere un buen convenio", por lo que "no desea precipitarse" en su firma.

Tanto la parte española como la norteamericana insístieron en que "no hay que dramatizar las diferencias mutuas". Las mism,as fuentes minimizaron las "posibles" divergencias existentes en el seno de la Adminitración norteamericana acerca de quien debe firmar el convenio defensivo, actualmente en negociación, aunque en el palacio de Santa Cruz creen que acabarán siendo las cabezas de las delegaciones negociadoras (el embajador norteamericano Reginald Batholomew y el ex secretario general español de Política Exterior, Máximo Cajal) quienes suscriban el texto.

Consejo Atlántico

Al margen del tema del convenio, Shultz y Fernández Ordóñez discutirán cuestiones relacionadas con el Consejo Atlántico, cuya sesión de primavera comienza mañana en Madrid, y con la situación en Oriente Medio, de donde Shultz regresó ayer. Tras su entrevista de hoy, ambos harán una declaración conjunta a la prensa, presumibiemente tendente a minimizar las divergencias sobre el convenio.

Ni las fuentes españolas ni las norteamericanas consultadas por este periódico explicaron satisfactoriamente la razón por la que Shultz se adelantó en dos días al resto de sus colegas atlánticos en la llegada a la capital española, una vez que ambas partes admitieron que la negociación del convenio no quedará desbloqueada con esta visita. Pero George Shultz recibirá un tratamiento privilegiado durante su estancia en Madrid, ya que será el único de los 16 ministros de Exteriores de la Alianza Atlántica que será recibido en privado por el Rey y por Felipe González.

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