El jesuita catalán Miquel Batllori gana el Premio Nacional de Historia
El jesuita Miquel Batllori, nacido en Barcelona en 1909, ha sido galardonado con el Premio Nacional de Historia, dotado con dos millones y medio de pesetas, por su obra Humanismo y Renacimiento. Estudios hipano-europeos. Batllori, que se dispone a redactar la continuación de su estudio sobre la Iglesia durante la República, ha manifestado su satisfacción por el premio y considera que a su avanzada edad lo que más le preocupa es "morir en paz".
Al padre Batllori le es imposible demostrar su preferencia por alguna de sus investigaciones: "No tengo predilección. En todo caso puedo señalar un momento, que es el de la redacción, como el que me otorga una mayor alegría". También ha anunciado su próxima instalación en Montserrat por un período de tres meses durante el cual piensa avanzar la redacción de su trabajo sobre el comportamiento de la Iglesia durante la Segunda República. Batllori manifestó su cansancio y se dijo un tanto aturdido por la concesión del premio. Con más de 200 títulos publicados y traducidos en diversas lenguas, Miquel Batllori destaca por la amplitud de sus estudios sobre la Iglesia y la cultura y que abarcan períodos tan diversos como el período medieval y el siglo XIX.Miquel Batllori nació el primero de octubre de 1909, en pleno centro de Barcelona. Estudió Filosofía y Letras y de Derecho, licenciándose en Historia en 1928. Al terminar sus estudios universitarios ingresó en la Compañía de Jesús. Su decisión no dejó de extrañar a sus compañeros que le consideraban como uno de entre los universitarios más elefantes en aquellos años veinte, gran conversador y amante de las tertulias más improvisadas sobre cualquier tema cultural.
Con motivo de proclamarse la República, en 1932, y al ser disuelta la Compañía de Jesús, Miquel Batllori se refugió en Av¡gliana, cerca de Turín, donde realizó los estudios de Teología. Fue ordenado sacerdote en Barcelona, en 1940, y al cabo de un año leyó su tesis doctoral, Francisco Gustá, apológista y crítico, en Madrid.
Diez años después pasó a dirigir la revista Archivium Historicum Societatis Jesu (1969) y a ejercer la docencia en la facultad de Historia de la universidad gregoriana de Roma, hasta fecha muy reciente, aun superada la edad de la jubilación.
El historiador Josep Maria Ainaud de Lasarte apunta que Miquel Ballori es, acaso, "la mejor continuación de la escuela iniciada por el doctor Jordi Rubio" de quien el historiador galardonado fue discípulo.
Lo que caracteriza la labor de Batllori, en palabras de Ainaud, es tanto el rigor aprendido en la escuela de los jesuitas como la gran experiencia personal que ha adquirido como viajero y auténtico amigo de quienes ha encontrado en el camino".
Por su parte, el filólogo Ramón Aramon i Serra, secretario del Institut d'Estudis Catalans del que Batliori es también miembro, recuerda "las inagotables dotes conversadoras" del historiador con el que compartió la etapa universitaria. Con nostalgia e ironía a un mismo tiempo, al comentar la amplitud de la obra del jesuita, Aramon destaca: "Está claro que unos sirven para todo y otros para muy poquita cosa".
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