Lujoso fin de semana en Pekín para promover la restauración de la Gran Muralla

Doscientos veinte miembros de la jet-set internacional se reunirán el próximo jueves en Pekín para disfrutar un lujoso fin de semana donde el refinamiento superará los aspectos promocionales y publicitarios de una operación privada destinada a financiar la restauración de la Gran Muralla y de Venecia.

Bajo el nombre de El retorno de Marco Polo a China, la operación, que costará 9.500 dólares (1.054.500 pesetas) a cada participante, ha recibido el apoyo de las autoridades chinas, según informó ayer el organizador francés, el publicitario Daniel Vial, en una conferencia de prensa. "Deng Xiaoping ha sido invitado", indicó Vial, aunque no precisó si el hombre fuerte de la República Popular China asistirá a las celebraciones.El Palacio del Pueblo, situado en el centro de Pekín, será el escenario, el próximo sábado, de un gran gala a la que se espera asistan unas 9.000 personas. El Palacio de los Obreros acogerá 90 obras de arte cuyo valor estimado asciende a 975.000 dólares (más de 108 millones de pesetas) y que serán subastadas el sábado. Los fondos de esta subasta serán compartidos a partes iguales entre el Comité Chino para la Restauración de la Gran Muralla y el Comité Internacional Venecia-Gran Muralla.

El éxito financiero de la operación, cuyo coste mínimo ronda el millón de dólares, dependerá de los resultados de esta subasta, agregó Vial.

Durante tres días, los riquísimos participantes venidos de 21 países tendrán derecho a un baile de disfraces veneciano en el marco del Palacio de Verano, a una merienda campestre servida por Maxim's de Pekín en la Gran Muralla -el caviar será traído directamente desde Moscú y París-, a un desayuno en el Templo del Cielo antes de un banquete especialmente copioso en La Ciudad Prohibida, algo inédito en la antigua residencia imperial.

Caballé

Un centenar de participantes, entre ellos la cantante de ópera Montserrat Caballé y la cantante francesa Mireille Mathieu, realizarán a continuación una gira por la provincia de Pekín."No se trata de un montaje opulento, sino de un acontecimiento cultural", subrayó el organizador, que, sin embargo, calificó de exorbitantes los precios pedidos por las autoridades chinas, que movilizarán a cerca de un millar de personas, incluyendo militares y policías, para organizar el servicio de seguridad de los visitantes. Como ejemplo, indicó que el alquiler de las instalaciones en la Gran Muralla asciende a 60.000 dólares (más de 6,5 millones de pesetas).