Nuevos síntomas de que se desacelera el consumo privado en la encuesta de presupuestos familiares

La encuesta de presupuestos familiares del primer trimestre de 1988 ofrece nuevos síntomas de que se desacelera el aumento seguido por el consumo privado en los dos últimos años. El cambio empezó a verse en el último trimestre de 1987, aunque apenas despertó atención porque dicho indicador lleva un año en fase experimental y porque otros datos de consumos específicos eran crecientes. Si refleja la realidad -y hay otras muestras que le dan coherencia-, el fuerte crecimiento de la economía española se empezaría a basar más en las exportaciones y en la inversión que en el gasto.

En los tres primeros meses de 1988, la encuesta, realizada en 3.200 hogares por el Instituto Nacional de Estadística (INE), muestra que los presupuestos familiares han descendido en pesetas un 6,33% sobre octubre-diciembre de 1987. El gasto familiar suele bajar todos los años por esas fechas; entre la extendida paga extra de diciembre y la más minoritaria de beneficios, la conciencia popular ha situado la cuesta de enero. Las encuestas confirman que al iniciarse cada año disminuyen los gastos familiares. Pero la novedad es que, mientras la caída sobre finales del año anterior había sido del 4% o poco más en 1986 y 1987, ahora ha sido del 6,33%.Para evitar las variaciones del debidas al cambio de estación, la forma más sencilla es comparar con el mismo trimestre del año anterior. Así, en el primer trimestre de 1986 el consumo observado por los presupuestos familiares había aumentado un 7,45% en pesetas sobre 1985. En 1987 se aceleró hasta el 12%. Y ahora, en enero-marzo, el aumento ha sido de sólo un 4,4%. Tras descontar los aumentos de precios, queda para el primer trimestre de este año un aumento del 1,5% sobre el mismo período del año anterior, mientras que entonces había sido de casi el 6% sobre el precedente.

Menos alimentación

Esta desaceleración en términos reales afecta más a los productos alimenticios, cuyo crecimiento resulta casi nulo (0,2%, frente al 2,2% de hace un año) que al resto de los gastos (entonces expansivos a un ritmo del 6% y ahora inferior al 2%).Lo sorprendente de dichos datos, cuando el consumo privado debería crecer este año algo más que el 4% fijado para el conjunto del producto interior bruto en los cuadros macroeconómicos oficiales, es que discrepan con los aumentos específicos de algunos consumos.

Así ocurre con las ventas de automóviles (24% más en el primer trimestre), gasolina (11%), e importaciones de manufacturas de consumo (22%).

Sin embargo, las últimas cifras de la encuesta de presupuestos familiares parecen más verosímiles al recordar hechos anteriores: los síntomas ya detectados por el mismo indicador a finales de 1987 y el que la encuesta de opiniones empresariales sobre la cartera de pedidos durante los dos primeros meses del año mostrara también una desaceleración. Igualmente, la ocupación y el desempleo -determinantes de gran parte de la renta disponible y del consumo- se desaceleraron, como ha mostrado la encuesta de población activa.

El supuesto de que la encuesta del INE refleje la realidad no es incompatible con el fuerte ritmo de expansión de la actividad. Como otros indicadores coinciden en apuntar la mejora de las exportaciones y de la inversión, parece que vuelve a cambiar la composición del crecimiento del PIB. La mayor producción y el consiguiente avance total de la renta se basaría así menos en la recuperación del consumo privado.