Los ministros de Defensa de la OTAN piden a Italia que acoja a los F-16 de Torrejón

Los ministros de Defensa de la OTAN pidieron ayer a su homólogo italiano que acoja en su país a los cazabombarderos norteamericanos F-16 que serán retirados de España, y éste se mostró dispuesto a aceptarlos, aunque recordó que necesita el acuerdo previo del Parlamento. La respuesta dada por el ministro italiano, Valerio Zanone, fue inmediatamente elogiada por el secretario de Defensa norteamericano, Frank Carlucci, que la describió como un ejemplo del mejor "reparto de la carga" militar entre EE UU y sus aliados europeos que la Administración del presidente Reagan está ahora empeñada en promover.

El reparto más equitativo de la carga es junto con la reubicación de los 72 aviones F-16 que integran el Ala Táctica 401, estacionados en Torrejón de Ardoz, el principal tema en discusión por los 14 ministros de la Alianza, que integran el Comité de Planes de Defensa (CPD), que permanecerá reunido hasta hoy en la capital belga, que han encargado al secretario general adjunto de la OTAN, Marcello Guidi, un informe sobre la cuestión.Zanone se resistió ante la Prensa a confirmar que había aceptado albergar a los F-16, y se limitó a declarar que "tomaba nota de que existen las condiciones para que transmita al Gobierno italiano la invitación de la Alianza para acoger el Ala Táctica 401 en territorio nacional, porque las autoridades castrenses de la OTAN han resaltado la importancia esencial de mantener el ala en Europa, al tiempo que subrayaban que Italia era el único país idóneo para hospedarla".

Pero en su primera intervención pública desde que asumió el cargo de ministro de Defensa, el alemán Rupert SchoIz aseguró que no cabía la menor duda sobre la respuesta italiana. Entre los grupos parlamentarios con peso, sólo el comunista ha manifestado en Italia una tibia oposición a la postura del Ejecutivo de Roma.

Presupuesto de infraestructura

El traslado de la mayor fuerza aérea norteamericana en el flanco sur de la OTAN, que costará aproximadamente 500 millones de dólares (56.000 millones de pesetas), correrá a cargo del presupuesto de infraestructura, al que los aliados no harán una contribución excepcional como lo hubiese deseado Washington. A este proyecto se opusieron la mayoría de los Estados miembros, empezando por Grecia y Dinamarca. El Comité de Infraestructura de la Alianza Atlántica dispone de unos recursos anuales de 2.000 millones de dólares (224.000 millones de pesetas) que serán recortados en un 25% para financiar la mudanza de los aviones.A pesar de que el Congreso norteamericano ha prohibido a la Administración de Reagan hacerse cargo del traslado, ésta asumirá un 27% del coste de la operación a través del Comité de infraestructura de la OTAN, en el que es el mayor contribuyente, por delante de la República Federal de Alemania, que participa en este órgano con un 26%; del Reino Unido, con un 12%; Italia, con un 7%, y Canadá, con un 6%.

En contra de lo esperado, Washington ha dado también a entender que podría hacerse cargo de la edificación de las viviendas para los 4.000 militares -12.000 personas, incluidas las familias- que acompañarán al Ala Táctica 401 en su desplazamiento, así como de la construcción de las áreas de ocio y recreo para los norteamericanos.

El Comité Militar de la OTAN, al que los ministros habían encomendado la elaboración de un informe sobre la reubicación de los aparatos, recomendó que su nueva base estuviese en Italia, donde se encuentra ya almacenado en Aviano (Friul) parte de su armamento nuclear, pero los responsables de Defensa no decidieron ayer en qué lugar de la Península italiana serán finalmente reinstalados los cazabombarderos. Además de Aviano, se barajan los nombres de las bases de Comiso (Sicilia), cuya población local se ha manifestado en contra, y de Gioia del Colle (Puglia).

Los tres escuadrones de F-16, cuya salida de la base española de Torrejón de Ardoz tendrá lugar, como tarde, en marzo de 1991, tal y como pactaron los Gobiernos de Madrid y Washington, cumplen fundamentalmente misiones de defensa a lo largo de la frontera turca con la Unión Soviética y griega con Bulgaria y Rumanía.

El resto del CPD de ayer estuvo consagrado a un animado debate entre Frank Carlucci y sus homólogos, que intentaron demostrar a su interlocutor norteamericano que los aliados europeos contribuían de forma apreciable a la defensa de Occidente, tanto en el Viejo Continente como en otras regiones del mundo, especialmente el golfo Pérsico. Algunos, como el portavoz del ministro británico George Younger, no parecían tomar muy en serio la reivindicación de Estados Unidos de lograr un mejor reparto de la carga, porque dio a entender que su formulación en estas fechas podía tener algo que ver con la campaña electoral para las presidenciales norteamericanas del mes de noviembre.