Acuerdo de principio para la retirada cubana de Angola y la descolonización de Namibia
Suráfrica, Angola y Cuba han llegado a un acuerdo de principio para la retirada de las tropas cubanas de Angola y el inicio del proceso de descolonización de Namibia de acuerdo con las resoluciones de las Naciones Unidas, según afirmaron ayer en Lisboa fuentes oficiales portiguesas próximas a estas negociaciones que pidieron no ser identificadas. El compromiso está garantizado por Washington y Moscú, cuyos representantes han examinado la cuestión en Lisboa.
A pesar del secreto que ha rodeado las conversaciones que han mantenido en Lisboa durante dos días Chester Crocker, subsecretario de Estado norteamericano para Asuntos Africanos, y Anatoli Adamishin, viceministro soviético de Asuntos Exteriores, fuentes próximas a ambas delegaciones han subrayado que las grandes líneas del acuerdo ya establecidas en las anteriores negociaciones de Londres y Brazzaville han experimentado nuevos progresos. No obstante, la conclusión de un acuerdo definitivo requiere aún contactos -múltiples.La retirada del cuerpo expedicionario cubano en el plazo de un año, a partir de la firma de un acuerdo de no agresión entre Angola y Suráfrica, que puede ser anunciado al final de la cumbre de Moscú entre Reagan y Gorbachov o inmediatamente después, es la primera parte del plan que ha sido analizado y aceptado por soviéticos y estadounidenses, según fuentes próximas a estas negociaciones.
Como contrapartida, Pretoria acepta retirarse inmediatamente al sur del río Cunene, que sirve de frontera entre Angola y Namibia. Quedan por ultimar tan sólo algunos puntos realmente diriciles, como las garantías exigidas por Suráfrica en relación a las actividades de los guerrilleros namibianos en el sur de Angola y las compensaciones financieras que Cuba pide como precio de su intervención militar de más de 13 años en Angola, para lo que se habla de 500 millones de dólares (55.000 millones de pesetas).
Quedaría así abierta la vía para la solución del problema de Namibia, que los soviéticos desean hacer coincidir con el aniversario, en septiembre próximo, de la aprobación de la resolución de las Naciones Unidas sobre la independencia del territorio ocupado ilegalmente por Suráfrica.
Pretoria acepta el principio de elecciones libres con la participación de todas las fuerzas políticas namibianas, incluida la Organización Popular del África del Suroeste (SWAPO), quedando por decidir la forma y el plazo de la retirada de las fuerzas militares surafricanas. Éstas podrían, durante el período preelectoral, permanecer en el interior de sus bases, según el modelo adoptado para la independencia de Zimbabue.
Tercera fase
La tercera fase, deliberadamente dejada en la sombra para no crear dificultades tal vez insuperables al Gobierno del presidente Dos Santos en Uganda, es la pacificación interna de Angola, es decir, el fin de la guerra civil. Ello implica negociaciones políticas con los rebeldes de la Unión Nacíonal para la Independencia Total de Angola (UNITA). Luanda aún rechaza formalmente esta eventualidad, pero se sabe de la existencia de contactos entre las facciones angoleñas y entre la UNITA y los soviéticos.
El pasado martes, el ministro surafricano de Defensa advertía del peligro creciente de graves enfrentamientos directos entre tropas cubanas y surafricanas en el sur de Angola y anunciaba la intención de Pretoria de abandonar las negociaciones en curso si los cubanos continuaban avanzando en dirección a la frontera namibiana y enviando refuerzos para Angola. Pero al mismo tiempo, Magnus Malan afirmaba que Suráfrica no pretende imponer ningún tipo de régimen político a sus vecinos.
[Fuerzas dirigidas por Suráfrica mataron a nueve guerrilleros nacionalistas y perdieron a cuatro de sus propios soldados durante las dos últimas semanas de la guerra en Namibia, según una declaración oficial efectuada ayer en Windhoek, informa Reuter.]
El miércoles, el jefe de la diplomacia surafricana, Roelof Pik Botha, admitía la posibilidad de una solución negociada para el problema de Namibia, y el presidente Pieter W. Botha reconocía por primera vez en público que Suráfrica estaba dispuesta a retirarse militarmente de Namibia y permitir la realización de elecciones con la participación de todas las fuerzas políticas representativas, incluidos los nacionalistas de la SWAPO. El jueves, Pik Botha declararaba que había rechazado una propuesta angoleña y cubana para negociaciones con la UNITA excluyendo al actual dirigente del movimiento, Jonas Savimbi.
Negociadores y fuentes próximas a las delegaciones de EE UU y de la URSS subrayaron que quedan aún muchas dificultades que superar antes de formalizar un acuerdo, y que el elevado número de partes comprometidas en el proceso deja siempre abierta la posibilidad de demoras y marchas atrás. Pero existe por parte de Washington y Moscú una fuerte voluntad de acelerar la solución.
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