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ÓPERA / 'FAUST'

La aportación de Lavrovsky

El ballet del quinto acto, La noche de Walpurgis, no se integró en el planteamiento escénico de la ópera hasta 1941, en la versión de Leonid Lavrovsky, entonces director del Ballet Bolshoi.La puesta en escena de este trabajo en el Liceo, a cargo de Azzari Plissetsky y de Valentina Sabina, atiende más al espectáculo y a la pantomima que a la danza propiamente dicha. Su estructura, innovadora en su tiempo, combina elementos de raíz académica, potenciando la plasticidad escénica. En general, se percibe la herencia de los ballets rusos.

La coreografía responde a los cánones del pas daction, donde las variaciones se encadenan según la estructura del pas de deux doble, de forma fija, combinando el solo de Arantxa Argüelles con el de Hans Tino, ambos correctos y elegantes, seguidos de pasos a tres y a cuatro. No hay yuxtaposición ni accesoriedad: el ballet se integra en la trama y en la época de la ópera. La coreografía permite un verdadero lucimiento de los componentes del ballet del Teatro Lírico Nacional dentro del marco operístico. Cabe destacar, por lo demás, que la compañía parece cobrar firmeza interpretativa al ejecutar figuras propias de la escuela rusa como la arasbeque en attitude allóngé que permite al bailarín una mejor estilización del cuerpo y a la vez un mayor equilibrio.

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