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Shultz y Shevardnadze preparan la 'cumbre'

Andrés Ortega

ENVIADO ESPECIALLa decisión del Senado norteamericano de retrasar la ratificación del tratado sobre los misiles de alcance intermedio dificultará las reuniones que mantengan hoy y mañana en Ginebra los jefes de las diplomacias de EE UU y de la URS S, George Shultz y Edvard Shevarnadze, a menos de tres semanas de la cumbre de Moscú entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov.

A su llegada ayer a Ginebra, Shevardnadze declaró que Moscú "no comprende bien" el problema surgido en la Cámara alta estadounidense, pero se mostró confiado en que finalmente el Senado apruebe el tratado. "Fundamentalmente el problema de la verificación había quedado resuelto", dijo el diplomático soviético.

Éste quizá no sea el último encuentro entre Shultz y Shevardnadze antes de la cumbre del 29 de mayo. Según medios diplomáticos en Ginebra, podrían volver a reunirse en Moscú hacia el 20 de mayo. Ambos ministros intentarán limar las importantes diferencias que persisten en el camino de un acuerdo para reducir la mitad de los arsenales estratégicos nucleares de ambas superpotencias. Ya está descartado que el acuerdo pueda quedar ultimado para la reunión de Moscú. Pero al menos se trabaja en un texto que Ronald Reagan y Edvard Shevardnadze puedan suscribir sobre los puntos de convergencia.

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Complejidad

Shultz llegará hoy al mediodía a Ginebra. Respecto a las armas estratégicas, "está ya claro que no habrá acuerdo para la cumbre de Moscú", declararon ayer fuentes de la delegación estadounidense, "dada la complejidad y el tamaño del eventual tratado". Aunque las cuestiones de verificación del acuerdo dan dolores de cabeza a los expertos de ambas delegaciones -"es un infierno intentar verificar la existencia de varios miles de cabezas nucleares"- y han cobrado nueva importancia tras la decisión del Congreso, en realidad el principal obstáculo para un acuerdo START (Conversaciones para la Reducción de Armamento Estratégico) es el vínculo que la URSS quiere establecer con los temas espaciales del respeto al tratado ABM (que limita los sistemas antibalísticos) y al programa SDI (Iniciativa de Defensa Estratégica). EE UU rechaza que la aplicación de un acuerdo START dependa de que se limite la SDI.El segundo hueso difícil de roer es el de la limitación de los misiles de crucero lanzados desde buques (SLCM), que EE UU -cuya Marina tiene un amplio programa para dotarse de estos cohetes equipados con cabezas convencionales o nucleares, lo que según Washington dificulta su verificación- dice deben situarse al margen de las START. Ni siquiera hay acuerdo sobre a partir de qué alcance deben considerarse estos cohetes en esta negociación. Moscú propone 600, y Washington, 1.500 kilómetros.

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En cuanto a cómo contar los misiles de crucero lanzados desde el aire (ALCM), los soviéticos quieren que los bombarderos equipados con estos sistemas equivalgan a entre 20 y 28 misiles del total, con un límite global de 1. 100. EE UU no quiere que su valor contable supere los 10, ni techo total. Considera estos cohetes menos desestabilizadores que otros.

Los norteamericanos quieren además prohibir el despliegue de cohetes móviles, como los SS-24 y SS-25 soviéticos, ya instalados en parte, según EE UU, que tiene un programa de misiles de este tipo pero más ligeros, Midgetman.

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