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El Senado norteamericana aplaza indefinidamente la ratificación del tratado INF

Francisco G. Basterra

Los astros, consultados por Nancy Reagan, fueron propicios para la firma del tratado INF el pasado diciembre, pero ahora el Senado ha retrasado indefinidamente la ratificación del mismo sólo 20 días antes de la cumbre de Moscú, poniendo en peligro que el acuerdo, para eliminar los euromisiles sea aprobado a tiempo por el Congreso antes de que Ronald Reagan y Mijail Gorbachov se vean el 29 de mayo.

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Shultz y Shevardnadze preparan la 'cumbre'

Si el secretario de Estado, George Shultz, y el ministro soviético de Asuntos Exteriores, Edvard Shevardnadze, no lo solucionan hoy, en Ginebra, la cumbre moscovita puede quedar seriamente empañada.Los senadores demócratas y republicanos, en un raro consenso con la Casa Blanca, decidieron no iniciar hoy, como estaba previsto, el debate final de ratificación del INF, que eliminará del suelo europeo los misiles nucleares de alcance entre 500 y 5.000 kilómetros. La razón: Moscú se niega a dar suficientes seguridades para verificar el efectivo desmantelamiento de estos cohetes, a través de una serie de inspecciones in situ en las fábricas de producción. Los soviéticos "están renegando de compromisos anteriores", ha declarado el presidente del Comité de Inteligencia del Senado, David Boren.

Sin embargo, los líderes de la mayoría demócrata y de la minoría republicana confiaron ayer en que la disputa sobre verificación pueda ser resuelta por Shultz y Shevardnadze en las próximas horas, lo que permitiría al Senado ratificar a tiempo el INF. La discusión es "técnica pero importante", dijo el Departamento de Estado. Paul Nitze, principal asesor de Shultz en materia de desarme, se manifestó optimista ante la posibilidad de que el Senado apruebe el tratado antes de la cumbre.

La cuarta reunión entre Reagan y Gorbachov necesita al menos esta ratificación para ser considerada como un encuentro con algún contenido, ya que ambos países han sido incapaces de superar los problemas para que los dos líderes pudieran firmar en la capital soviética un acuerdo más ambicioso de reducción en un 50% de sus respectivos arsenales de armas estratégicas. Sin la ratificación del pleno del Senado -el Comité de Asuntos Exteriores ya lo aprobó hace unas semanas- Reagan viajará a Moscú con las manos vacías.

La actitud del Senado debe interpretarse como una última presión sobre la URSS, ejercida de acuerdo con la Administración de Reagan, para lograr mayores garantías en el proceso de verificación de cumplimiento del tratado. Para Gorbachov también sería un desastre: su incapacidad de lograr, seis meses después de su firma, que el Congreso ratifique lo ya acordado. "Creo que ahora les toca a los soviéticos proponer soluciones que permitan al Senado reabrir el debate con nuestros ojos abiertos. No queremos lanzarnos a un precipicio", explicó Robert Byrd, el líder demócrata en la Cámara alta.

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El embajador soviético en Washington, Yuri Dubinin, presentó un documento de siete páginas el domingo pasado, en el Departamento de Estado, con una propuesta para resolver el tema de la verificación del INF, que ha sido considerado insuficiente. El Senado suspendió el debate de ratificación, tras ser informado el lunes de la respuesta por el negociador norteamericano en Ginebra sobre euromisiles, Maynard Glitman, el jefe del gabinete presidencial, Howard Baker, y, por el Consejero de Seguridad Nacional, Colin Powell.

Norteamericanos y soviéticos acordaron un sistema de garantías de cumplimiento del INF insólito por su caracter intrusivo, que permite a los dos países inspecciones en sus respectivos centros de fabricación. Pero a última hora han surgido discrepancias en la interpretación de: los procedimientos, con posiciones soviéticas que, según Washington, contradicen lo acordado.

Por ejemplo, intentos de la URSS por prohibir la inspección de contenedores más pequeños que los misiles completamente montados, o tratar de limitar el acceso de los inspectores de EE UU a determinadas zonas.

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